¿Es buena idea crear la Región de Aconcagua?

¿Es buena idea crear la Región de Aconcagua?

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Por: Gustavo Saldaña (Estudiante de cuarto año de Derecho en la Universidad de Valparaíso. Ayudante Alumno de Derecho Internacional Público y Mentor de la misma casa de estudios. Consejero Triestamental de Escuela (2016-2017).

El informe de la Subsecretaria de Desarrollo Regional (Subdere) presentado el pasado 9 de marzo a la Ex Presidenta Bachelet, favorable a la separación entre las provincias cordilleranas y costeras de la V Región, le ha dado nuevo impulso a la idea de la creación de la XVII Región de Aconcagua. Argumentos en favor de ello serian la unidad productiva y cultural de las provincias de Petorca, San Felipe y Los Andes, el desequilibrio en la distribución de recursos pese a que estos se generan mayormente en Aconcagua, y la falta de obras públicas y servicios de importancia en estas provincias.

Todo lo anterior es efectivo. Claramente existe un desequilibrio en el desarrollo de la costa y de la cordillera de la Región. Ahora bien ¿estos problemas los resolvería el fraccionar la Región de Valparaíso? La respuesta es un rotundo no.

Ahora bien, claramente hay una unidad productiva y cultural tanto en Valparaíso como en Aconcagua, pero esta es solo aparente. Si bien Aconcagua destaca por su producción agrícola y minera, y Valparaíso por la pesca y la actividad portuaria, ambas están interconectadas. Así, las empresas de transporte de Valparaíso son las que trasladan los productos de Aconcagua hasta nuestros puertos, llevando las importaciones de vuelta al interior.

El otro error en que muchos regionalistas de Aconcagua caen radica en creer que Valparaíso distribuye los recursos de sus provincias, como si el presupuesto lo fijase la Intendencia. Los recursos de todas las regiones de Chile son distribuidos desde Santiago, y bastante poco se define hoy en sede regional. A falta de una Ley de Rentas Regionales, ni Valparaíso ni Aconcagua podrán definir sus presupuestos en base a los recursos que generan.

Finalmente la falta de obras públicas y servicios es un problema grave para Aconcagua. Estudiar en la universidad o hacer un trámite implica viajar hasta tres horas de viaje solo para llegar a la capital regional. Esto obedece a lógicas centralistas, pues muchas de estas oficinas estatales podrían ubicarse en San Felipe, Los Andes o La Ligua, y a través de incentivos estatales podrían aumentarse la presencia y oferta de universidades en la zona, evitando que los jóvenes abandonen su tierra natal.

Dividir las regiones no es una solución: ya desde los tiempos de ODEPLAN se viene señalando que las macroregiones son la solución. Unidades fuertes y grandes, interiormente descentralizadas y eficientes, financiadas con los recursos que generen en su territorio, con una población capaz de equilibrar el peso político de Santiago. Dividiéndonos solo conseguiremos menor influencia, y por ende menor fuerza para vencer al centralismo.

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