45 años de educación e inclusión
Clases de zumba, tirar la cuerda, carreras en saco y varias actividades dibujaron una sonrisa en los rostros de los estudiantes de la Escuela Especial Valle Andino, quienes desde temprano se dieron cita en el parque Ambrosio O’Higgins para celebrar el aniversario de su establecimiento.
La Escuela Especial Valle Andino cumple 45 años, y por ello a lo largo de esta semana ha preparado distintos panoramas. Hoy en el marco del “día del deporte” los alumnos de distintos niveles disfrutaron de una jornada al aire libre donde pudieron llevar a cabo procesos que son importantes para su desarrollo: el juego y la actividad física.
Mientras los pequeños juegan, son los docentes quienes hacen de guías y ayudan a los jóvenes en su proceso educativo. “Quiero decir que todas las personas que trabajamos aquí lo hacemos por vocación, porque trabajar con niños especiales es un desafío”, cuenta Jessica Monroy, quien ha trabajado ya por doce años en la escuela, seis de ellos como docente.
El largo camino a la independencia
La educación diferencial es un recorrido extenso. Se deben trabajar habilidades de diverso tipo, las metodologías son otras al igual que los objetivos, es aquí donde la autosuficiencia juega un rol fundamental en el trabajo que se realiza.
“La independencia la trabajamos desde el curso pre básico con el lavado de dientes, el lavado de cara, que ellos lo hagan solos para nosotros es una actividad que realizan de forma independiente”, afirma la docente, quien a su vez reconoce la gran recompensa que el esfuerzo trae consigo: “nos encontramos con lindas experiencias también, los niños entregan un cariño que no se ve en escuelas regulares a lo mejor. El cariño, las sorpresas todos los días te motivan a estar con ellos”, concluye Jessica Monroy.