¿Estamos preparados?

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Por: Hernán Leal Barrientos , director de empresas, empresario y speaker

La tecnología va a la velocidad de la luz, tanto así, que hace pocos días en China se estrenó un robot como presentador de noticias y en un restaurant de Katmandú ya existe un robot mesonero llamado Ginger. Va tan rápido que podría llegar a causar temor. Lo más lógico es cuestionarnos si como sociedad, si como país, estamos preparados para algo así.

Para el 2013, un estudio de Oxford afirmaba que un 47% de los empleos de EE.UU estaría en riesgo de ser reemplazado por la automatización en un periodo no mayor a 20 años. Recientemente, la OCDE publicó un paper en el que afirma que 14% de los trabajos de los países OCDE serían de alto riesgo de automatización y que, por su parte, un 32% de estos serían afectados con importantes modificaciones, pero no suplantados por robots.

En ese sentido, hay que ver esta cercana realidad como una oportunidad de cambio y evolución, pero con ojo crítico para poder afrontarla de la mejor manera. Es decir, es cierto que muchos trabajadores serán reemplazados por robots, pero esto solo significa que se abrirán plazas de trabajos para personas más calificadas o con ciertas que los robots todavía no tienen, plazas de novedosos trabajos que antes no existían.

De nuevo entonces, volvemos a la pregunta, ¿Chile está preparado para esto? ¿La legislación laboral, educacional y de capacitación está lo suficientemente actualizada para sopesar esta realidad cercana? ¿La sociedad está facultada para afrontar el quedarse sin trabajos de fácil reemplazo?

La realidad es que están surgiendo cada vez más áreas del conocimiento especializadas y surgirán nuevas profesiones relacionadas a la robotización, cosas que, por el momento solo vemos en películas, como detectives de datos o entrenadores de robots, pero que cada vez están más cerca. Es importante que se creen políticas de estado para poder hacer frente a esto, dado que los puestos que son de mayor riesgo de reemplazo son los de mano de obra no calificada.

Esto se traduce en que la educación es la única solución para solventar el inevitable futuro y será lo que permitirá poder trabajar junto a los robots y de la mano de estos. Por ello, las políticas educacionales son indispensables, se debe idear una forma en la que todas las personas de alto riesgo puedan capacitarse y desarrollarse de forma profesional y que las personas que no estén en riesgo de ser sustituidas también sean formadas en las nuevas áreas que serán requeridas y que demandarán cargos de mayor importancia y responsabilidad.

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