Estimulación Temprana y Salud Pública

Estimulación Temprana y Salud Pública

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Por: Sofía Bravo, académica Escuela Fonoaudiología U. Andrés Bello

Las políticas públicas deben ayudar a los niños y jóvenes a superar las barreras que dificultan su desarrollo y capacidad de aprendizaje. Por ello, es necesario planificar procedimientos y acciones de carácter interdisciplinar e intersectorial que coordinen recursos económicos, humanos y comunitarios que tempranamente permitan detectar distintas condiciones de riesgo en el desarrollo humano, además de potenciarlo al máximo.

El problema de retraso del desarrollo psicomotor o intelectual en la población infantil, especialmente de nivel socioeconómico medio–bajo, es de importantes y alarmantes dimensiones. Estas deficiencias se pueden prevenir con programas efectivos de vigilancia del desarrollo desde centros de salud (mayor cobertura), acompañado de programas familiares (para todas las familias y en especial a los que representan un retraso) diseñados por equipos de educación insertos en los consultorios con la finalidad de promover “buenas prácticas”, desde los primeros años de vida. Los programas familiares de orientación y estimulación temprana son más efectivos mientras más tempranamente se aplican, resultando crucial la participación activa de los padres.

En definitiva, la Atención Temprana está siendo el gran tema y la inserción de profesionales que formen grupos multidisciplinarios para entregar una atención más integral, preocupados no sólo del individuo sino de su entorno, es el nuevo modelo que nos entrega la reforma de la salud.

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