Por: Dr. Denis Panozo
El organismo humano responde ante el estrés con una serie de respuestas neuroquímicas, con el objetivo de mantener el equilibrio interno. Cuando el estímulo estresante es muy intenso o permanente, el organismo ya no es capaz de resistir o sostenerse, por lo cual dichos mecanismos neuroquímicos comienzan a ser nocivos, desarrollándose en el individuo estresado y vulnerable, algunos trastornos psicopatológicos( insomnio, angustia, ansiedad, irritabilidad, crisis de pánico, pérdida de memoria etc)
ESTRÉS del griego stringere, que significa provocar tensión. La palabra se usó por primara vez probablemente alrededor del siglo XIV, y a partir de entonces, durante muchos años, se emplearon en textos en inglés numerosas variantes de la misma, como stress, stresse, strest e inclusive straisse. Sólo en 1950 el médico austriaco-canadiense Hans Selye lo introdujo como término científico.
EN general ante un cambio de situación que afecte al individuo (PRESIÓN) se desencadena una reacción orgánica (TENSIÓN). Así, cuando cualquier estímulo suponga un factor de desequilibrio que trastorne la estabilidad de nuestro medio interno se produce un estado de alerta, de movilización, de preparación para controlar este cambio de situación.
LA permanencia de los estresores en nuestras vidas produce un quiebre en nuestra paz interna que se traduce en un desorden emocional y orgánico, por ende abre las puertas a las enfermedades de tipo mental y orgánicas que rápidamente deterioran nuestra calidad de vida y si estos se mantienen en el tiempo, nos envejecen.
Hay ciertos estados anímicos que según la gravedad en que se encuentre o cómo uno se sienta afectado por ello, influyen en el peso corporal, y esto se debe a que cuando uno atraviesa una situación de estrés, depresión o tristeza se produce una lentificación del metabolismo y, como consecuencia un aumento del peso. Estamos acostumbrados a usar la comida como una solución a estados de ánimos. “Estoy aburrido, como” “Estoy estresado, entonces como” “Estoy contento, por lo cual como. Todas las emociones terminan en comida, porque el comer es uno de los placeres de la vida, por ello elegimos alimentos que nos gustan y que consideramos sabrosos, de esta forma en nuestro cerebro se liberan las Endorfinas, hormona de la felicidad que va a mejorar rápidamente nuestro humor.
OBVIAMENTE todo lo señalado no tendría sentido, sin una acción preventiva y educativa, principalmente a nivel familiar e individual, para disminuir el impacto de los estresores frecuentes de observar en el cada día.
Actualmente la vida nos lleva al estrés, por las exigencias propias o metas que nos exigen
DEBEMOS saber parar, mirarnos y tratarnos como hermanos, amigos, compañeros. No ladrarnos ni mordernos, es necesario darse cuenta para poder disminuir los factores que nos provocan el estrés. Tomar unos días libres, no postergar las vacaciones, debemos darnos el tiempo no solo para descansar, sino para realizar actividades recreacionales, compartir con la familia que hemos ido postergando día tras día. Ahora si los síntomas sobrepasan a estas medidas debes acudir al médico para que apoye con terapia sicológica y algunos fármacos.