Sinergia se dio en el marco del programa Andina más Cerca, impulsado por Codelco
Alumnos aconcagüinos repararon la pieza dañada de un sistema de trituración a escala que forma parte del aprendizaje de sus pares de especialidades mineras en la zona de Chacabuco. Colaboración partió entre profesionales y proveedores de División Andina y terminó con un final feliz para ambos establecimientos.
Lo que comenzó como una alianza de cooperación entre Codelco Andina y los establecimientos técnicos de la zona para fortalecer la educación técnico-profesional en las provincias de Los Andes, San Felipe y Chacabuco –en el marco del programa Andina más Cerca–, terminó generando un trabajo conjunto entre los distintos centros educacionales, lo que permitió contribuir a la formación y aprendizaje de los alumnos.
Cuatro jóvenes de cuarto medio de la Escuela Industrial Guillermo Richard Cuevas de San Felipe asumieron el desafío de reparar el chancador primario del Liceo Polivalente de Tiltil, cuyas fallas impedían el desarrollo de las clases prácticas de la especialidad minera.
En este contexto, los estudiantes de Mecánica Industrial de San Felipe se pusieron manos a la obra y comenzaron con el análisis, desarmado, reparación, elaboración de piezas y restauración del equipo, con el objetivo de retornarlo a las instalaciones del Liceo de Tiltil y que el proceso de formación de sus pares en Chacabuco pudiera volver a la normalidad.
VALOR COMPARTIDO
Los “restauradores” fueron los alumnos Matías Tapia y Martín Ortiz, del cuarto medio A; y sus compañeros Nicolás Toledo y Bastián Palma, del cuarto medio F. Todos ellos llevaron a cabo uno de los proyectos más desafiantes de su etapa escolar, en el que pusieron perseverancia, innovación y compañerismo, y que permitió que otros jóvenes, a más de cien kilómetros de distancia, pudieran también verse beneficiados.
«Esta iniciativa culmina lo que hemos aprendido durante todos nuestros años de colegio, así que estoy feliz», resumió Martín Ortiz. Incluso, la experiencia permitió a este grupo de alumnos participar en una competencia de conocimiento impulsada por la Sociedad Nacional de Agricultura.
En Tiltil, la recuperación del chancador fue una excelente noticia. Muriel Orellana, estudiante de tercero medio, expresó que «estamos muy aislados y tener a un colegio que nos ayude con estas cosas es gratificante”. «Conectarnos con otros colegios y hacer esta interacción es buenísimo. Gracias a Codelco hoy tenemos este puente que nos fortalece», agregó la coordinadora de la especialidad de Metalurgia Extractiva, Sally Naranjo.
Una cadena de colaboración con profesionales de Andina y proveedores
La reparación del chancador fue compleja porque las mandíbulas de su sistema de trituración estaban rotas. La búsqueda de un repuesto adecuado llegó a oídos de la Superintendencia de Geología de Andina, cuyos profesionales dieron con la empresas Salas Hermanos, ubicada en Quilicura, que construyó gratuitamente una nueva pieza. Esto permitió reemplazar la dañada y culminar con la reparación.
«Nos interesa estar presente en la educación y que se forme gente con el logo de una empresa chilena. En la medida que haya gente preparada la industria minera puede ser exitosa. Si ellos surgen, saldremos todos adelante. Yo, personalmente, provengo de la educación pública y por eso me veo reflejado en estos chicos», comentó Miguel Salas, propietario de la compañía.
Ricardo Vargas, geólogo de Andina y uno de los profesionales involucrados en la ardua búsqueda del repuesto, destacó que «es una satisfacción que a través de nuestro conocimiento hayamos podido ayudar a estos alumnos que lo necesitaban. En geología trabajamos con máquinas parecidas, por lo que teníamos el contacto de quien podía fabricar este repuesto. Estamos siempre dispuestos a colaborar con la comunidad».