Por: Dr. Manuel José Irarrázaval, Director Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) Universidad San Sebastián.
Pocos días atrás más de 2.000 médicos -la gran mayoría de ellos extranjeros- rindieron el Examen Único Nacional de Conocimientos Médicos (Eunacom). Del total, el 70% de ellos lo daba por segunda vez.
El hecho de ser el examen habilitante para ejercer la medicina en el sector público del país, y el alto porcentaje de reprobación (73% en diciembre 2016) que han obtenido los graduados fuera de Chile, en un contexto de limitación en la disponibilidad de médicos y muy especialmente de especialistas, ha llevado a efectuar múltiples ajustes del examen e incluso solicitar su evaluación por expertos extranjeros.
Deberíamos explorar la solución natural: devolver al Eunacom su carácter original de herramienta de evaluación de la calidad de formación otorgada en cada una de las Escuelas de Medicina que lo diseñaron y establecer otra instancia encargada de la habilitación para ejercer la profesión médica; práctica que es ampliamente utilizada en otros países desarrollados.
Esta debería tener independencia de las Escuelas de Medicina, una incuestionable competencia profesional y una fuerte participación del responsable final del resultado del trabajo de estos profesionales: la Subsecretaria de Salud Pública.
La separación de la doble función asignada actualmente al Eunacom permitiría que continuase cumpliendo el objetivo para el cual fue diseñado originalmente, y al mismo tiempo abrir la opción de establecer modalidades “focalizadas” de habilitación para ejercer la profesión.
Por ejemplo, se podría establecer una habilitación para ejercer exclusivamente en la Atención Primaria o en Hospitales “simples” o en Hospitales “complejos”; o bien fijar estándares de calificación para acceder a cada una de estas categorías. O incluso se podría establecer un requisito de recertificación cada cierto tiempo para asegurar las competencias profesionales en el campo especifico, sin exigir una amplitud tal de conocimientos que lo hagan inalcanzable.
Pero para avanzar en esto es indispensable una importante dosis de buena voluntad, diálogo entre profesionales expertos en el tema y las autoridades competentes para lograrlo; así se evita la instrumentalización del tema para fines particulares o ideológicos. Ya es tiempo de dejar de lamentarnos y avanzar hacia soluciones.