Por: José Ramón Toro Poblete, Profesor
La Explosión o Estallido Social, es definida y relacionada, por algunos sectores; con marchas, violencia, incendios, saqueos, desorden, delincuentes, lumpen, narcotraficantes, intervención extranjera, comunistas, anarquistas entre otros calificativos o epítetos, violación a los DDHH, violaciones y violencia de género, abuso de poder.
La Explosión es ¡PUM!, es decir, dura lo que dura una reacción producida por acción de terceros o de carácter químico. Eso es. Una explosión no dura meses, ni se plantean cosas que eran implanteables para solucionarla. Esta denominación “Explosión Social”, es lo que los medios de comunicación y personas que tienen cargos públicos han usado de modo sistemático para referirse a este fenómeno que llamo nueva Cuestión Social.
La Cuestión Social, es otra cosa. Y, para ello hay que estudiar y mirar la historia. Y, si fijamos nuestra mirada en Chile, se podrían dar algunos paralelos que sustentan mi posición. Lo que vivimos se trata de una nueva Cuestión Social y no de una “explosión”…
A fines el siglo XIX y comienzos del S. XX, en nuestro país, comenzaron a ventilarse más allá de las paredes de una familia, las primeras críticas ante la tremenda desigualdad que se daba en las clases sociales, donde la oligarquía y la clase política era incapaz de ofrecer soluciones a sus problemas. Octubre del siglo XIX en Chile, sucede algo muy similar.
A comienzos del S.XX el desarrollo de las “fábricas” (que en la década del 80 tomaron el nombre de industrias y en los últimos años, el nombre de empresas, aglutinadas en “barrios industriales”), provocó una urbanización descontrolada, donde llegaron cientos de miles de personas en busca de trabajo desde los extremos del país y del campo a las grandes ciudades (Santiago, Concepción, Valparaíso) y, con ellos apareció la demanda de viviendas y vivían en pequeños e insalubres conventillos. Siglo XIX en Chile, observamos un gran movimiento hacia las grandes ciudades, casas muy pequeñas (llamadas “soluciones habitacionales”), edificios en altura donde se vive hacinado en los diminutos departamentos y, muchos chilenos e inmigrantes que viven en situación infrahumana.
No hay punto concreto de comparación entre los abusos de las AFP, ISAPRES, FARMACIAS y grupos económicos porque la Cuestión Social de esa época era muy diferente.
Lo que sí se puede observar son tres corrientes: la Conservadora que, amparada en la Encíclica Rerum Novarum; postuló como causa de esto una crisis moral y, para los políticos conservadores ligados a la Iglesia, fue su postura válida. Recuerden que hoy en el S.XIX se ha dado algo similar con el irrisorio castigo o pena donde algunos delincuentes han tenido que asistir a clases de Ética. La elite de ese tiempo habría descuidado el bienestar de “su gente” (habitación, salud, educación). Y, en el s.XIX se usan los mismos argumentos con reformas a la salud, bonificaciones, soluciones habitacionales, pensiones y, sin tocar en absoluto los bolsillos de los grandes grupos económicos. En el fondo: buscan solucionar “los problemas de la gente” (¿Ha escuchado eso en los discursos políticos???)
Otra corriente la aportó el Partido Liberal, que tenía otra visión y culpaba al Estado de las grandes desigualdades e injusticias sociales. Ellos eran los liberales y los laicos (en contraposición a la Iglesia y al partido conservador) Ellos criticaban y exigían una regulación en las políticas capitalistas (hoy serían las políticas económicas/financieras) y al sistema de libre mercado de esa época (recuerden el pago de sueldo con fichas en las mineras del norte y del sur)
Y, por último la postura del socialismo que culpaba a ambas corrientes anteriores y rechazaba la Caridad (hoy se llaman bonos) y, el proteccionismo hacia los pobres (hoy se habla de descuentos en los fármacos, atenciones gratuitas en salud, beneficios y más beneficios, sacados como las palomas del sombrero de un mago) Me atrevería decir que, tal vez, esta última corriente permitió que el trabajador creyese en el sueño de ser, proletario para convertirse en propietario. En el último tercio del siglo pasado y parte del actual, ese anhelado sueño, ha provocado que muchos trabajadores (hoy llamados consumidores y emprendedores), hayan caído en las redes del consumismo desenfrenado y, en el uso de las tarjetas de crédito que, tienen principios de carácter perversos.
Continuando con lo anterior, estas tres corrientes lograron poner paños fríos y, la Cuestión Social, pasó a ser parte de las prioridades del Gobierno y del Congreso de turno.
Más tarde, con el presidente Alessandri se llegaría a redactar una nueva constitución (1925), sin antes promulgar varias leyes (como hoy) que buscaron dar algunas soluciones inmediatas a esa Cuestión Social (No explosión). No es insolente, ni juicio liviano decir que, algo similar está sucediendo en nuestro país hoy.
No puedo dejar de mencionar la figura, acción y trabajo increíble de un abogado, doctor en Filosofía, doctor en Teología, doctor en Educación y sacerdote: San Alberto Hurtado. En este contexto trabajó para sus “patroncitos”, en este contexto nace el Hogar de Cristo. Y, no la pasó nada de bien porque tuvo la oposición de los conservadores políticos e incluso de los conservadores católicos y del clero conservador de la Iglesia. La pasó muy mal.
La historia, dicen los entendidos y sabios, es cíclica.
Pero, en honor a la Historia, los comunicadores y algunas personas con cargos públicos tendrían que hacer honor a ella, a la verdad y, dejar de hablar de Explosión Social porque ello no corresponde. Eso es engañar a la ciudadanía quitando importancia a la problemática que será de largo aliento, antes que el país vuelva a la “normalidad”, donde pareciera que normalidad es ausencia de concentraciones (para ello todos los congresistas llegaron a un acuerdo en una ley), ausencia de los delincuentes (saqueadores, pirómanos urbanos y barricadas)
La normalidad llegará en no menos de tres años….
Y, por mientras qué?
¡Por mientras lea y estudie Historia…, la historia de nuestro país!!!
Que haya la mayor cantidad posible de adultos que conozcan la historia y la puedan transmitir de modo objetivo a los jóvenes porque, les digo, las futuras generaciones muy poco sabrán de historia (por las nuevas políticas del Ministerio de Educación)…., incluso le quitaron todo el valor en la PSU.., no fue necesario rendirla… y, muy entre nosotros: (así no habrá persona capaz de ser crítica del momento, de la política, de la economía…, no habrá personas capaces de, valiéndose de la historia, interpretar el presente y proyectar un futuro….esos molestan…. Sin conocimiento de historia, habrá muchos que dirán: ¡Acá no se habla de política!… espero que usted no sea, ni llegue a ser uno de ellos…., que confunden políticos con Política )
Que sea feliz.