Con su tradicional gala en la iglesia Santa Rosa.
La Fundación Orquesta Sinfónica Infantil de Los Andes, proyecto socio-educativo, impulsado por Codelco Andina desde el año 2008, ofreció un concierto con el que saludó los 226 de la ciudad.
Ya son nueve años de este tradicional regalo. Desde sus inicios, en 2008 los niños del FOSILA cumplieron con saludar a la ciudad de Los Andes, cada julio, con un concierto de gala en la iglesia Santa Rosa. El público tampoco defraudó y repletó la parroquia, para dar un emotivo marco a la jornada musical. Las primera y segunda generación del colectivo infanto- juvenil se reunieron para ofrecer un hermoso repertorio que está vez, además de pasearse por lo clásico y popular, incluyó el folclore.
De esa primera generación es Francisca Vera. Ella, luego de dejar FOSILA por dos años, volvió el 2016 para reencontrarse con sus compañeros y un nuevo desafío: aprender a tocar tuba. Francisca admite que es difícil, pero también lo es estudiar en la universidad y trabajar. “Uno busca los tiempos para estar presente. La orquesta cumple un papel fundamental en mi formación. Yo era rebelde, no me gustaba nada, y nadie me podía decir nada. Pero entré acá y los profesores me cambiaron. Aprendí a tranquilizarme, y volcar mi rabia en la música”.
Mientras Nicolás Carvajal de 12 años, es de los nuevos músicos y actual generación de FOSILA. Hace poco más de un año se integró al colectivo a tocar trompeta, un sueño que tenía desde pequeño. “Se necesita harto estudio para aprender a tocar bien. Nos exigen buenas notas y tener un buen comportamiento”.
Un orgullo para la ciudad, para Codelco y para padres
En una hora, FOSILA demostró los aprendizajes musicales de casi una década. Manuel Rivera, alcalde de Los Andes reconoce el orgullo que siente de verlos desde que comenzó el proyecto. “No solo por su aporte al espectro cultural sino que cultivan valores. Podemos ver que la generación de relevo promete, y también nos sentimos orgullosos de los egresados que han tomado otros horizontes”.
Este proyecto, que es apoyado por Codelco desde su génesis, pone a la música como un vehículo social que inculca valores a los niños y contribuye a su desarrollo integra El gerente de Administración de Andina, Álvaro Calbacho, no escondió su satisfacción al ver el talento de los pequeños en escena. “Emociona ver a estos niños tan pequeños tocando e interpretando los instrumentos, me da orgullo tener una pequeña responsabilidad en este proyecto, aunque ciertamente no tenemos todo el crédito. Es un gran regalo para Los Andes”.
José Abarca, (ex trabajador de Codelco Andina) tiene a su nieta en la orquesta hace tres años, y como abuelo orgulloso le ha seguido cada paso. “Es muy bonito lo que hacen y representa una oportunidad para que los niños puedan explorar sus vocaciones”.
Para el público lo que más llama la atención es la calidad y la diversidad de la entrega. Alejandra López, asistente, dice que siempre trata de ir a las presentaciones de FOSILA. “Trato de hacerlo a menudo. Porque mi hijo tiene aptitudes artísticas y así se empieza a familiarizar. Lo que más me gusta es que es variado, tiene distintas piezas, no es todo clásico”.
La Fundación acoge actualmente a 80 niñas y niños en Los Andes, 50 en Tiltil y ahora 66 en la nueva orquesta de la localidad de Río Blanco.