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El cortejo por los pasillos del Cementerio Parroquial de Los Andes rumbo al mausoleo familiar. -
El oficio religioso dado por el padre Humberto Henríquez -
Durante el oficio, al centro, su hijo Juan Carolus Brown y esposa. -
Familiares, amigos y relaciones del extinto durante el oficio religioso ofrecido por el padre Humberto.
En medio del pesar de familiares y numerosas personas
Pasadas las 14:00 horas del martes en el mausoleo familiar del Cementerio Parroquial de Los Andes se efectuó el funeral del destacado ingeniero agrónomo, empresario frutícola y dueño del Fundo El Guindal de la comuna de Calle Larga, Carolus Brown Barroilhet, en medio del pesar de sus familiares, amistades, trabajadores, colaboradores, vecinos y representantes de entidades de Calle Larga, empresarios, dirigentes frutícolas, cercanos y también quienes le conocieron.
Su deceso acaeció el domingo a la edad de 88 años en la ciudad de Santiago y a las 10:00 horas se ofició la misa por el eterno descanso de su alma en la Parroquia Nuestra Señora de Los Ángeles en la comuna de Las Condes, para luego el cortejo emprender rumbo a la comuna de Calle Larga realizándose un responso en el Fundo El Guindal y continuando posteriormente hasta el camposanto andino.
Su hijo Juan Brown Bauzá, presidente de Fedefruta, agradeció el inmenso cariño demostrado por las personas tanto en Santiago, Calle Larga y Los Andes, en forma particular a todos los trabajadores y colaboradores del Fundo El Guindal, a los vecinos de la Población Juan XXIII, al club del Adulto Mayor, al Club Deportivo Santa Isabel y a todas las comunidades que se desarrollan en torno a El Guindal.
“Estamos emocionados con la familia, porque organizaron y efectuaron un emotivo homenaje, adornaron los caminos con flores y es algo que salió en forma espontánea. Uno al final recibe lo que ha entregado y la gente agradece lo que sintió y qué le llegó”, expresó.
Añadió que es natural el dolor por la partida de un ser querido, más aún cuando es tan directo como el padre, pero que se alivia con la compañía, la oración, cantos y afecto de todos quienes expresaron sus condolencias y participaron de las exequias.
“La muerte da pena y es un hecho de Dios, pero el agradecimiento de la gente, las reflexiones, son cariño que se quiere devolver”.
