Por @rodrigosolo
Para mí el fútbol era el chico Hoffens, Castec, Socías, y al arco Carvallo. Y también lo eran los sanguches de jamón con Pepsicola en el entretiempo en el Nacional. (Aquí alcancé a ver al Zamorano junto a la línea del tren. Era reflaco.)
Hoy -para otros- el fútbol es su tetracampeón cruzado. Por ejemplo Boric celebró en la twittosfera “el mérito de ganar tres torneos largos”.
Don Rorro, del grupo Sinergia, felicitó a los campeones, por los que todos no daban ni un peso y los veía como segundones. Don Rorro es chuncho, pero lo empapelaron los dueños de la verdad de siempre, cómo se le ocurría hablar de algo que no fuera su oficio de música, si no sabía nada de deportes, etc, lo mismo que a Boric.
Reconocer algo bueno del competidor hoy es pecado, te escupen, te insultan, aunque habla bien de uno decir una virtud del rival.
Al político también lo cuestionaron, que era poco serio usar su cuenta para hablar de algo tan banal como su equipo favorito.
Pero la cato le ganó a todos, hizo feliz a más de alguno. No nos vamos a pasar todos los días sombríos, ni tan graves. ¡Atinen, pos people!
Bien por la UC, bien por el que celebra, bien por el perdedor que felicita al campeón.
Aunque, sin el ánimo de polemizar…sólo hubo un ballet… otros dirán que a la fecha ha habido sólo un ganador de La Libertadores chileno.
(Yo digo no más.)