“Gestión de Destinos: Desarrollo endógeno como interpretación de una visión global”

“Gestión de Destinos: Desarrollo endógeno como interpretación de una visión global”

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Por: Lic. L. Cecilia Palacios – Investigadora en área de gestión de destinos – CITYP

Los nuevos abordajes sobre la investigación, el desarrollo y la gestión de destinos turísticos, tanto para el ámbito académico, como para quienes desempeñan responsabilidades en dicha gestión resulta – en forma creciente – materia de opinión, curiosidad y conocimiento.

Aspirar al éxito de un destino turístico nos exige partir de un conocimiento cada vez más profundo sobre cada uno de los aspectos y ámbitos que definen la dirección gerencial -término aplicado tanto al sector público como privado-. Incluyendo el conocimiento de los mejores casos de éxito de latitudes similares o muy disímiles, pero que con seguridad tuvieron que transcurrir, paso a paso, con procesos de planificación y un adecuado tiempo de maduración, hasta llegar a posicionar el destino como lugar deseado de ser visitado, conocido, aprehendido y recordado por viajeros y turistas.

El turismo ya ha trasvasado las grandes estadísticas. La Organización Mundial del Turismo (OMT) celebró el récord histórico del turista internacional mil millones en el año 2012. Desde ese momento, la cifra no ha parado de crecer en los subsiguientes tres años en todas las latitudes. Sumándonos también a este crecimiento imparable, en Chile hemos dado la bienvenida al viajero 4 millones en el mes de diciembre de 2015. ¡Cuántas oportunidades de crecimiento tenemos por delante!

Pero así como prospera la matemática de llegada de turistas, también prospera la oferta de los distintos destinos para atraerlos, la competencia de los destinos, las expectativas crecientes de los visitantes, la instantaneidad de retroalimentación de sus apreciaciones. Y aquí pues, radica el profesionalismo necesario para encaminar el desarrollo y la gestión de destinos de forma eficiente y adecuada.

Debemos conceptualizar que la gestión de destinos abarca no solo la gimnasia administrativa eficiente y eficaz (con objetivos estratégicos como establecer ventajas competitivas, entregar experiencias de calidad al turista, proporcionar estructuras formales para coordinar e implementar iniciativas de desarrollo, etc.) y sus múltiples funciones, como ser marketing, desarrollo de productos, mantención de infraestructura, ordenamiento territorial, gestión de recursos humanos, manejo de visitantes, sino sobre todo, identificar claramente la malla de actores públicos-privados –– del territorio gestionado, quienes esperan, anhelan, opinan, actúan, intervienen, deciden, producen, relegan, facilitan o dificultan el accionar de los múltiples gestores de destinos.

Porque un destino no se vale de un solo gestor. Sería pretencioso nuclear en un solo actor el gerenciamiento de las múltiples voluntades e intereses (de tanto en tanto contradictorios o contrapuestos). Sino lograr integrar los múltiples gestores en una línea estratégica consensuada entre los actores, considerando a la sociedad donde se circunscriben y hasta el propio turista, concebido éste como un ser humano en busca de experiencias, que puede ayudar a posicionar un destino con éxito, transformarse en un “socio” estratégico.

Desde la generación de estrategias hasta la aplicación de instrumentos específicos de la práctica gerencial, que prioricen los espacios regionales y locales donde se llevarán a cabo; se debieran analizar las posibles alternativas de desarrollo en dichas comunas o destinos; las definiciones políticas, su dinámica territorial y económica y, los aspectos estratégicos territoriales. Incluyendo definiciones estratégicas, los proyectos turísticos de interés, los productos/servicios turísticos disponibles y potenciales, la gestión de políticas públicas y privada en turismo que faciliten la adopción de estándares de calidad y sustentabilidad de los recursos tangibles e intangibles, el análisis de los ciclos de los productos, la interrelación de los planos público-privado, tanto en la planificación y gestión integral de la calidad de lo brindado al turista-ser humano, como en la definición de una imagen destino que se pretende dejar como legado en la experiencia del turista y que ayudará al destino a posicionarse globalmente.

Se evidencia así, la complejidad de miradas que abarca la gestión de destinos.

Como síntesis y, en palabras de los autores argentinos González y Mendieta (2009), “el elemento fundamental para la formulación y puesta en marcha de estrategias competitivas (de destinos) deberá ser en primer lugar el diálogo y, en segundo lugar, la promoción de instituciones que incentiven una cultura de la cooperación y el desarrollo institucional como base de la pirámide que da por resultado la mejora de los factores de competitividad de destinos turísticos”.

Es prioritario para un buen gestor de destinos, contar con información fidedigna que le permita involucrar a los agentes participantes en la generación de una visión compartida del territorio, clara, penetrante, permeable e inclusiva de los intereses de los diferentes actores. Solo así, la gestión de destino será integral y logrará establecer estrategias eficaces a largo plazo, ya que no existe un modelo de gestión “estándar”. La gestión de destino se debe adaptar a los distintos territorios y debe nacer desde lo endógeno, dado las características y la conformación de los actores y estructuras de gestión.

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