Por: Hno. Ángel Gutiérrez Gonzalo
El mes de Mayo, amigos lectores, nos trae muchos recuerdos: 21 de Mayo, fecha gloriosa para la Marina de Guerra chilena; Arturo Prat, la Esmeralda, Condell, la Covadonga, Ignacio Riquelme, el héroe niño.
Mayo es el mes del mar que acaricia suavemente, de norte a sur, el rostro de nuestra querida patria CHILE.
El mar encierra en sus zonas abisales incalculables riquezas que aún no hemos descubierno y explotado suficientemente.
Me encanta el mar, su inmensidad, sus aguas azuladas a veces embravecidas, sus moradores: fauna y flora. Siempre he admirado a la gente de mar, a los marineros.
El timón de reflexión de hoy está enfocado, justamente, a estos enamorados del mar. Marineros, habladme del mar, decidme de la dureza de vuestro trabajo… dibujadme una mar en calma y también la angustia y los apuros ante el ramalazo de una borrasca.
Deletrearme la “soledad acompañada” en el interior de un barco alejado del puerto… Por favor, mostradme la brújula, el timón, las velas… Contadme cosas del viento, del faro del puerto o del cielo total, de ese cielo que se torna inmenso cuando hace frontera única, sublime matrimonio, con el agua del océano… habladme del mar, merineros.
¿Os habéis dado cuenta, queridos marineros, que la vida del hombre no es sino una exacta reproducción, copia fiel, de vuestro mundo, del mundo del mar?
Si. Cada persona nace y vive en el barco de su propia circunstancia y su casa es el mar, el mar de la sociedad… En él, la convivencia transcurre en calma unas veces, en tanto que, otras se encabrita y se vista de borrasca, de dificultades, de riesgos… También en la vida surgen vientos favorables que nos estimulan o huracanes furiosos que zarandean nuestras velas y nuestra voluntad… Saber superarnos cada día es ardua asignatura que exige de nosotros, diariamente, esfuerzo, coraje y constancia.
Amantes de la mar, marineros, cómplices de la mar, atended con interés mi recomendación. Buscad siempre el Norte, el verdadero norte, que para eso está la brújula. Y orientad vuestro barco hacia EL, que para eso se hizo el timón. De esta forma, cada noche contemplarás, con alegría el faro, el faro interior de nuestra luminosidad. Y cada mañana, seréis testigos del alba, de ese rosado amanecer que os permitirá gritar y cantar a los cuatro vientos: Alegre la mañana que nos habla de ti… o bien entonar, arrodillados, la Salve marinera: salve estrella de loa mares…
Con afecto, saludo a todos los hombres y mujeres del mar: Marineros, pescadores, trabajadores de los puertos, etc.
El 21 de Mayo, elevemos al Altísimo una ferviente plegaria por aquellos chilenos, hijos de esta tierra, que en tres horas de herísmo, escribieron la página más gloriosa de nuestra Patria.
“21 de Mayo, mañana de sangre y fuego
sobre el mar de la mañana,
mañana blanca de espuma
en el altar de la Patria”