Por: Matías Gonzalez Concha, Médico CESFAM San Felipe El Real
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos al ser bombeada por el corazón, cuánto más alta es la presión, más esfuerzo realiza el corazón para llevar la sangre a todo el cuerpo.
La hipertensión, es una enfermedad en la que los vasos sanguíneos mantienen una presión persistentemente elevada, lo que conlleva a un daño progresivo de éstos.
La presión arterial normal en adultos es de 120 milímetros de mercurio cuando el corazón late y de 80 milímetros de mercurio cuando el corazón se encuentra relajado, las que se conocen como presión sistólica y diastólica respectivamente.
Cuando la presión sistólica es igual o mayor a 140 milímetros de mercurio y/o la presión diastólica es igual o mayor a 90 milímetros de mercurio, hablamos de hipertensión.
La mayoría de las personas hipertensas desconocen su condición ya que esta enfermedad puede llegar a ser completamente asintomática, en ocasiones, la presión elevada causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad para respirar, vértigo, dolor torácico, palpitaciones y hemorragias nasales.
Es tan frecuente que al año 2010 cerca de 3.600.000 chilenos la padecía, en nuestro CESFAM San Felipe El Real atendemos a casi 3.000 usuarios.
Prevención y tratamiento.
Todos los adultos deberían medir su presión arterial de forma periódica más aún quienes tienen familiares de primer grado (padres o hermanos) que la padezcan, y si está resulta elevada consultar con su médico.
A algunas personas les basta sólo con modificar su estilo de vida para controlar la presión arterial, pero a otras, estos cambios les resultan insuficientes y requieren tomar medicamentos (hipotensores)
Las siguientes recomendaciones pueden ayudarle a manejar su hipertensión y disminuir así el consumo de fármacos para este cometido:
1. Disminuir el consumo de sal: la OMS recomienda una ingesta de sal menor a 5 gramos diarios. Prefiera alimentos sin sello de “alto en sodio”.
2. Realizar actividad física: Los ejercicios aeróbicos (caminata rápida, trote o andar en bicicleta) durante 30-60 minutos, tres a cinco veces a la semana.
3. Mantener un peso adecuado: cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir la presión arterial entre 2 y 10 puntos.
4. Evite fumar: el tabaco se considera como el principal factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y respiratorias como infarto o cáncer pulmonar.
5. Gestionar el estrés de una forma saludable: por ejemplo mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.
La presión arterial tiene una relación muy estrecha con el desarrollo de accidentes vasculares, infarto agudo al miocardio, insuficiencia renal, enfermedad arterial periférica y todas las causas de muerte cardiovascular, por esto es importante que se controle de forma periódica con profesionales de la salud.
El objetivo del tratamiento antihipertensivo actual es mantener una presión arterial menor a 140/90 milímetros de mercurio en menores de 80 años y menor a 150/90 en mayores de 80 años. Si usted la padece y se encuentra en valores sobre los mencionados acérquese a su CESFAM correspondiente para ser evaluado, de lo contrario continúe con su tratamiento y siga las recomendaciones mencionadas anteriormente.