Tomado del libro de Héctor Miranda A. (Libre adaptación)
LA VILLA DE LOS ANDES DESPUES DEL DESASTRE DE RANCAGUA.- Pronto Camilo Henríquez, convencido de que no se podía hacer otra cosa que emigrar a Mendoza, comenzó a preparar el viaje de los primeros refugiados. El verano había llegado, pero para mayor mala suerte de los patriotas, más tarde que de costumbre aquel año, por lo que el camino de la montaña estaba borrado por la nieve. El fraile de la buena muerte, hizo reunir unas cuantas mulas rompe nieves y, desde la mañana del día cuatro comenzó el éxodo chileno a la Argentina; poco importaba que no se contase con ropas y provisiones suficientes para una caminata que no duraba menos de cinco días. Sólo se preocupaban quienes salían de Santa Rosa de Los Andes, de ponerse a salvo de una muy posible persecución de las victoriosas fuerzas españolas.