Tomado del libro de Héctor Miranda A. (Libre adaptación)
LA VILLA DE LOS ANDES DESPUES DEL DESASTRE DE RANCAGUA.- Por cierto que las palabras de Carrera referentes a Las Heras son apasionadas, pero se deja en claro con ellas, una vez más, que el militar chileno pretendió impedir el paso de fuerzas a Mendoza y solicitó auxilio al gobierno de esa ciudad con el fin de quedarse en Chile para continuar la lucha contra los realistas. Con el desorden y la anarquía imperantes en esos días funestos, se hacía imposible preparar exitosamente la defensa como la anhelaba el gobierno chileno.
Mientras nuevas cantidades de personas llegaban a Santa Rosa de Los Andes en la improvisada y agotadora peregrinación, Carrera permanecía en la villa. Los jefes militares que siguieron a O’Higgins continuaban su avance hacia Mendoza, en tanto que don José Miguel impartía instrucciones.
Pronto le llegaron noticias de que las avanzadas enemigas se acercaban. Los pocos andinos que estaban cerca del general eran testigos de la actividad inusitada que desplegaba. A su hermano Luis y al coronel Benavente les encomendó la misión de trasladarse a la Guardia a detener a los soldados fugitivos y a dejar pasar sólo familias.