Tomado del libro de Héctor Miranda A. (Libre adaptación)
LA VILLA DE LOS ANDES DESPUES DEL DESASTRE DE RANCAGUA.– Al capitán Barnechea le pidió le trajese los caudales que le había hecho sacar de Santiago y envió un propio a Quillota para reunir en una sola la guarnición de esta ciudad y la de Valparaíso, que totalizaban aproximadamente unos doscientos hombres.
Ante la inminencia de la ofensiva española, quiso rescatarla mediante una maniobra habilidosa. Hizo formar unos 500 hombres en la plaza de la villa de Los Andes. Los pobladores andinos presenciaron admirados la escena.
El general recogió cuantos uniformes en buen estado encontró, y los entregó a esos soldados para que vistiesen lo mejor posible. Deseaba dar la impresión al enemigo de que se trataba de una poderosa división. Uniformados, les distribuyó las armas con que contaba; como estas eran escasas, hizo distribuir hasta fusiles descompuestos y sin llaves. Escogió luego sesenta fusileros, los puso al mando del capitán Molina y del teniente Maruri y los mandó a la cuesta de Chacabuco, para observar y distraer a los españoles.