Tomado del libro de Héctor Miranda A. (Libre adaptación)
LA VILLA DE LOS ANDES DESPUES DEL DESASTRE DE RANCAGUA.- El presbítero Joaquín Larraín Salas, que había sido presidente del primer congreso nacional, fue otra víctima de la dictadura de Carrera. Estaba relegado en Petorca; al tener conocimiento de la derrota de Rancagua, se trasladó a Santa Rosa de Los Andes, donde se juntó con su primo Francisco Antonio Pérez y Salas, que participó en la junta gubernativa de 1813 y que se encontraba en San Felipe. El día 8 de octubre salieron de la vida con destino a Mendoza, pero a las pocas leguas fueron alcanzados por un mensajero que traía dos cartas: una era para Larrían y la otra para Pérez, de don Jerónimo Pizana, gobernador interino de Santiago. Los dos personajes daban a los fugitivos amplias sguridades de que podían quedarse en Chile sin correr riesgo alguno, a pesar de su anterior oposición al régimen colonial.
Decidieron, en vista de la gran autoridad de los autores de las atentas epístolas y de algunos antecedentes que de ellos poseían, regresar a la villa de Los Andes.