Tomado del libro de Héctor Miranda A. (Libre adaptación)
REFUGIOS CORDILLERANOS.- Con motivo de dos expediciones de refuerzo que llegaron a Chile por vía de Buenos Aires y Mendoza, una en 1601 y otra en 1605, después de penosos viajes, el cabildo de Santiago resolvió -en el último de estos años- arreglar el camino cordillerano. Desde entonces, fueron varios los gobernadores que se preocuparon de hacer arreglos en él; en el año 1765, el gobierno de don Antonio Guill y Gonzaga, «debido a que el reino de Chile quedaba incomunicado durante los meses de invierno con la dilatada provincia de Cuyo, que estaba sometida a su jurisdicción, y con la ciudad de Buenos Aires, con la cual comenzaba a tener un gran comercio «ordenó la construcción de garitas de cal y ladrillo para que se refugiasen los viajeros durante las tormentas, tan frecuentes en esos lugares».