Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
CAMINO HACIA LA LIBERTAD DE CHILE.– Cinco kilómetros antes de llegar a la cuesta misma, ante la bifurcación en ángulo agudo del camino viejo que orilla la cerrillada oriental y la cuesta nueva que no era más que un senderillo de cabras, Soler con sus 1.800 hombres torció hacia el suroeste, o sea rumbo a Montenegro. El repecho aunque suave, fue fatigoso, difícil, interrumpido continuamente por algarrobos, espinos y litrales. El terreno mismo era cascajento, arrugado de curvas y altibajos. La tupición, empero de arbustos y peñascos mantenía al ejército invisible a las patrullas realistas.
