Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
VOTACIONES VICIADAS, FRAUDES Y VIOLENCIA.– El 7 de noviembre de 1829 se reunieron los más respetables vecinos de Santiago y acordaron deponer a Vicuña. Fueron comisionados, entre otros, para comunicar el acta de deposición, el clérigo Juan Francisco Meneses. El anciano presidente recibió a los delegados con suma cortesía, pero los ánimos pipiolos y el pueblo, reunido en el Consulado, estaban enardecidos.
Como la renuncia demorara, la multitud cercó el Palacio de Gobierno, acometió la guardia, hubo gran alboroto y la gente embravecida penetró hasta las estancias presidenciales.
Carlos Rodríguez Ordaiza quiso defender a Vicuña, pero varias pistolas opositoras apuntaron sobre él. Benavente logró cubrir con su cuerpo al tímido mandatario. Huyeron muchos pipiolos, pero Pedro Félix Vicuña, hijo de Francisco Ramón, le quitó la banda, con el ánimo de esconderla en un sombrero copudo. Atento a la maniobra, el clérigo Meneses la subtrajo.