Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
EL TRISTE EPILOGO DEL CORONEL PORTUS.- El gobierno envió tras ellos, al general José Santiago Aldunate, quien, por orden de Portales se detuvo en San Felipe, esperando suficientes refuerzos para obtener una victoria total. Movilizado al fin, pero emparentado con Viel, prefirió no empañar batalla y convenció a las huestes revolucionarias que firmaran la Capitulación de Cruz-Cruz. El armisticio fue desconocido por el Gobierno y a consecuencia de ello, el Coronel Portus perdió su grado en el ejército, estuvo preso y se arruinó totalmente. El 19 de diciembre de 1833 falleció de un ataque repentino en San Felipe.
Doña Manuela Caldera está de duelo. Lircay no es solo el sepulcro del pipiolismo sino de todos sus sueños. La historia de su esposo está terminada… pero, ella briosamente resiste a la desventura. Quedan en Aconcagua los fieles amigos, cuenta aún con sus numerosas relaciones en Santiago, don Ramón es la historia viva y heroica de la Patria Vieja… Chacabuco, Maipú, conquista de Chiloé… cuántas y cuántas victorias.