Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
EL TRISTE EPILOGO DEL CORONEL PORTUS.- El gobierno, tras el que vigila Portales, se hace el ignorante de que Freire ha llegado a Santiago. Continúa ignorante de que ha partido a San Felipe. Los vencedores de Lircay dan a Freire por muerto… civilmente.
En San Felipe, esperan al vencido general sus amigos de siempre, Mascayano, Caldera, Ramírez, Rosas… Alista nuevos milicianos y con ellos se dispone a engrosar el ejército de Coquimbo. Pero Freire está con mala suerte. En Panquehue sufre una caída del caballo que le imposibilita el viaje.
El gobierno lo vigila. Sabe todas sus andanzas. Más aún, por intermedio del Intendente de Santiago, Joaquín Cavareda, pariente de Freire, le insinúa que se embarque al Perú. Nadie lo molestará si se expatria.