Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
DIEGO PORTALES Y ACONCAGUA (1831-1837).- De amanecida y al atardecer, señoras y niñas, con sus mantos negros, trasparentes o tupidos, de camino a las iglesias, seguidas de las «chinitas» que llevan enrollada la alfombra de los rezos. Los señores y donceles, de pantalón largo y oscuro, paletó corto, chaleco menguado y camisa con cuello inflexible, ancha corbata forma de rosa; sombrero copudo, ya tieso o de paño suelto. Infantables, el bastón con mango de plata o dorado a muchos quilates y, reloj pesado, con cadena macisa.
Tal la gente de pro, principal, con nombres añejos, con cargos civiles, con chacra y tierras en los extramuros o arquillas y petacas con onzas y amarillos doblones.
El pueblo: artesanos, maestrillos, peones o mercantes al menudo, visten simplemente con pantalón blanco o de mezclilla, abuchado a media pierna; camisa y manta, bonete y ojotas.