Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
DIEGO PORTALES Y ACONCAGUA (1831-1837).– – Misiá Mercedes. Si es cosa sabida. Yo conocí en Quillota a una novia del Ministro…
– Una de tantas, hijita… Una de tantas. Y ¿quién es ella? A ver, cuenta, … cuenta.
Sonaba la tetera de bronce entre las brasas. Olía el salón a recado de mate: cedrón, naranja, azúar dorada. La puerta amplia que daba al zaguán, traía el perfume gul de los claveles. En la ventana, ferruda y pequeña, finaba frescamente la tarde.
Ire, la visita, hizo un mohín y con su voz cantarina contó:
– Es Carmencita Marín Torreblanca, la hija de doña Bernarda. La conocí en Quillota. Es muy dije y muy romántica. Y ¿sabe Misiá Mercedes? Por ella supe que el Ministro hace versos muy lindos. Carmen Marín guarda los que hace años, Don Diego le mandó con un ramo de rosas. Ella me los leyó. Tengo mala memoria, pero que acuerdo de que le dicen Carmen que sus ojos son más bellos que las flores.