Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
ORIENTACIONES PARA CREAR POBLADOS.- El señor Gobernador y su comitiva entran a los claustros. Ya anochece. Los conventuales ágiles, nerviosos, insomnes cruzan los corredores y atienden la portería que hirve de recaos. El refectorio que ha sido alhajado de un «cuantuay» luce lámparas y candeladros, búcaros con flores y, contra el frío de agosto, hay también anchos braseros de cobre, donde el carbón de espino irradia tibiamente. Fue una cena familiar, reposada, sin etiqueta, ya que don José Antonio y su comitiva santiaguina traen muchas leguas en el cuerpo.