Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
LAS CARRERAS A LA CHILENA.- Queda el recuerdo colonial del arriero Vilches, apodado «El Animito» que galopaba con la cabeza en el lomo y las piernas en alto como un saltimbanqui; y de Felipe León, que de pie sobre su bestia se iba desatando los zapatos y los arrojaba al suelo a pleno galope.
Desde 1613 había empezado la fabricación nacional de cinchas, estribos, jáquimas, riendas y monturas. El atuendo del ginete no ha variado gran cosa; usaban los estribos de madera de quillay, monturas con pellones, botas de cuero de ternera ensebadas y curtidas y grandes espuelas lloronas.
Carreras y topeaduras eran la diversión de aldeas y villas. Fijado el día, llegaban a la cancha numerosos y bien montados criollos y mestizos.