Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
1535-1536.- Un suceso trascendente conmovió el campamento. En actitud pacífica llegaron ante don Diego de Almagro unos emisarios. Venían de más al sur, de Aconcagua, con recado del Curaca (representante del Inca) para orfrecerle sumisión y ayuda. Por aquel tiempo, año 1536, vivía en el Valle del Río Grande de Chile, un tal Gonzalo Calvo de Barrientos, a quien Pizarro le había hecho cortar las orejas. Con tal merma anatómica, el pobre español había huido hacia Chile y radicado en nuestra zona. Con buenos y amables modales se hizo querer del Curaca y de la indiada.