Tomado del libro de Bernardo Cruz A. (Libre adaptación)
UN CEREBRO ENTRE LA POLVORA.- Las divisiones que desde el 18 al 24 de enero van partiendo de Mendoza, rumbo a los boquetes andinos, son una colección de voluntades heroicas, de gente dispuesta al sacrificio máximo… pero tal máquina guerrera no se improvisa. Digamos mejor, un San Martín no se improvisa. Su genio es fruto de un largo esfuerzo, de un control y un estudio de sí mismo que viene desde San Marcial y culmina en Mendoza.
El Ejército de los Andes es una realización que plasma y maravilla. Desde el plan estratégico de las tenazas convergentes y las invasiones simuladas, hasta la cebolla contra la puna y los aparejos de las mulas. Mientras el campo realista es una colección de desorden y cavilaciones, un reflejo exacto de los últimos borbones, San Martín sabe el día y la hora en que abrirá los fuegos; tiene previstos los alcances de victorias y fracasos y hasta el posible repaso de la Cordillera de los Andes.