Historias de Los Andes: Compañeros de por vida

Historias de Los Andes: Compañeros de por vida

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Por: Eugenio Astudillo

A mediados de los años sesenta del siglo pasado, se implementó en Chile una profunda reforma educacional que dio vida; entre otras cosas, a la Enseñanza Media de la forma que se conoce hasta el día de hoy, con cursos de primeros a cuartos años medios.

Anterior a esta reforma, la Enseñanza Media se denominaba Secundaria o de Humanidades y comprendía una extensión de seis años de duración, siendo su último curso el Sexto Humanidades, objetivo que para validar esta historia, lograron un grupo de estudiante andinos del Liceo Max Salas Marchant, el año 1970, siendo ellos los último estudiantes de este establecimiento educacional de Los Andes, que egresaron con la entonces certificación denominada “Licencia Secundaria”.

El estudiar y avanzar en un curso antes de la nueva reforma de la Enseñanza Media; modificación que significaba entonces serios cambios de metodología y contenido en la enseñanza de los ramos de estudios, obligó a estos alumnos a mayores esfuerzos en los tres últimos años del sistema de humanidades, lo que generó entre ellos mayores lazos de unión y fraternidad, situación que llevó; incluso, a que el Rector del Liceo de aquel entonces don Oscar Granadino Yáñez, destinara un pabellón de salas de clases exclusivos para los último tres Sextos Humanidades de ese año 1970, para que ellos tuvieran una mayor concentración en el estudio de sus materias, que entonces tenían las especialidades de: Letras, Matemáticas y Biológico, con una matrícula total cercana a los 100 estudiantes.

Como los alumnos no podían quedar repitiendo por los cambios de planes de estudios que traía la reforma, entre ellos formaron varios grupo de cooperación y reforzamiento en las diferente materias, lo que aparte de llevarlos a dominar mejor cada uno de esos ramos, afianzó aún más la amistad de entre todos los componentes de estos grupos de estudios, lo que los llevó a enfrentar muy unidos varias obligaciones estudiantiles de finales de las carreras, entre ellas, una hermosa gira de estudios de los tres cursos al sur del país.

Era tanta la unión y solidaridad creada entre estos alumnos, que enfrentados a la ceremonia de licenciatura de fin de año del 1.970, muchos apreciaron la tristeza de lo que significaba separarse del Liceo y entre ellos mismos, siendo ahí, entonces, el momento sublime en donde nació una gran promesa sincera y eterna ¡Seremos compañeros de por vida¡

Fue así, como entonces, una vez egresados, dándose un plazo razonable para afianzar una posición en la vida, ya fuera técnica, profesional o de alguna otra habilidad profesional, sin perder contacto entre ellos, por medios de cartas, llamadas telefónicas, etc., en una época en que no había chats. Internet, ni teléfonos celulares en el país, lograron por años mantener viva la promesa de la unión, a pesar de los acontecimientos previos y posteriores al año 1.973, la que se consolidó fehacientemente pasado casi ocho años después de egresados del Liceo, cuando el país volvió a la paz. Es bueno recordar, que en esas fechas de la década de los setenta, el país estuvo dividido por varias razones políticas, sociales y económicas, que derivaron en un gobierno militar desde el año 1973 en adelante.

Superado el temporal de divisiones en Chile, terminados los estudios superiores de los mejores alumnos, y tranquilizado un poco el país y las Universidades, no hubo obstáculos para que los integrantes del grupo siguieran profesando su especial compañerismo, y fue así como entonces se consolidaron las asambleas anuales de exalumnos, las fiestas en casas de los andinos que volvieron a vivir a Los Andes, la edición de pequeños folletos alusivos enviados por Fax, y muchas otras acciones en donde también cooperó “El Andino”, dieron vida a una nueva formalidad del grupo, con una directiva, con comisiones, y con un objetivo eterno de ser y seguir siendo compañeros de curso por siempre.

Y fue así, como a través de todos los años transcurridos desde entonces, en el primer sábado del mes de Septiembre – hoy próximos a cumplir 50 años de egreso del Liceo, con la bendita presencia de un destacado ex profesor de la época que es el símbolo de este grupo, más los exalumnos que aún quedan vivos de esta generación: todos camino a los 70 años, en donde hay Médicos, Ingenieros, Profesores, Dueñas de Casa, Técnicos, Comerciantes, etc., todos se reúnen en la asamblea anual, para recordar esos hermosos años de estudiantes, y así cumplir a cabalidad con la promesa de ser los amigos de siempre y los mejores compañeros de curso de por vida.

En recuerdo del querido Liceo, la época vivida, la gratitud a los maestros que formaron a toda esta generación, el grupo de exalumno acordó hace varios años atrás denominarse “Promoción 70 Liceo Max Salas Marchant, Profesor don Luis Riveros Sánchez, en homenaje a este insigne educador liceano, que a pesar de sus años, aun los acompaña, aconseja y guía, y reta, a Dios gracias.

Esta es la bella historia de unión de un grupo de exalumnos del Liceo Max Salas Marchant de Los Andes, que este año 2019 cumplen 49 años de egresados de su querido Liceo, los que aún cantan con orgullo, emoción y mucho corazón, esa última estrofa de su himno

“Oh Liceo por ti prometemos,

Ser constantes en nuestra labor,

Por ti probos y humanos seremos,

Para darte prestigio y honor”

Este año, por razones de espacio y tiempo, la asamblea anual será el próximo sábado 14 de Septiembre, a las 20 horas, como siempre, en el Centro Español de Los Andes .

FELICES 49 AÑOS DE EGRESOS

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