Por: Eugenio Astudillo
La Biblia dice “El hombre sabio” es el que vive y actúa de acuerdo a lo que sabe y conoce lo que es verdad y es correcto”. Juan 13:17
En este mundo erróneo y desvalorado en que vivimos desde hace un tiempo, destacó por su sapiencia, comprensión, armonía y buen y atinado consejero, don Jorge Walter Allendes (Q.E.P.D), quien por muchos años fue empleado de un importante comercio de prestación de servicios para automóviles, y en sus horas libre, fue participante de numerosas actividades públicas y sociales, siendo una de las más importante el de llegar a ser, por años Venerable Maestro de la Logia Masónica de Los Andes, Ariel N 62
Aparte de lo anterior, y en aspectos más ciudadanos y de servicio público, y aprovechando su gran habilidad de análisis, concreción y escritura, por más de 30 años fue un gran redactor de una brillante columna en nuestro Diario El Andino, que lo lleva a ser conocido y aplaudido por mucha gente de la ciudad, a los cuales orientó, informó y enseñó sobre muchos temas importantes.
Jorge, como todo hombre competente y de gran poder analítico, tenía las cosas claras sobre muchas cosas terrenales y no terrenales. Era un Andino de corazón que propiciaba la unión, el cariño y el progreso de Los Andes. En lo hogareño fue un hombre ejemplar como esposo y padre, y como amigo, un ser sencillo, conciliador, y humilde, el que a pesar de su gras capacidad intelectual. jamás tomo poses de ser superior a pesar de todas las cualidades y conocimiento que tenía.
Por todo, querido amigo, este pequeño resumen que he hecho de tu vida, lo he escrito apurado por tu repentina partida, como columnista de nuestro Diario El Andino, porque de seguro te extrañaremos mucho, y porque será muy difícil superar la alta barrera que nos has dejado como misión.
Por eso, al final de tu existencia, agradecemos tu presencia por tantos años en nuestras columnas, tus enseñanzas, ejemplos, y por sobre todo, tu sincera amistad, y cariño,
Estimado amigo y colega columnista Jorge Walter Allende, descansa en paz, en el Oriente Eterno que tanto mereces.