Homenaje al Centenario del Centro Español de Los Andes

Homenaje al Centenario del Centro Español de Los Andes

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1818

Por: René León

He querido rendir un homenaje modesto a tan importante evento como es el que celebra el Centro Español de Los Andes.

No se puede conmemorar una fecha tan importante, sin volver al pasado y recordar personas o hechos vinculados a lo que los españoles han dado o vivido por esta tierra andina. Todos ellos cruzaron el gran charco del Atlántico, unos con más o menos comodidad que otros. Algunos, abandonando forzadamente, familia, bienes y el terruño que los vio nacer y crecer. No se puede dejar de valorar el sacrificio que significaba -sobre todo, antaño- cruzar el océano, a veces, tormentoso donde muchos perdieron la vida. Muchos tuvieron la suerte de llegar sin novedad a Buenos Aires. Otros, además, cruzaron la cordillera, en invierno o verano, arriesgando la vida en osada travesía. Recalco el dolor común de dejar familia y patria en una aventura que podía resultar o simbolizar un fracaso lejos del terruño amado.

Todos los chilenos, en su gran mayoría, venimos de españoles de la Conquista que no dudaron en tomar por sus mujeres a las que existían en la tierra que los recibía. No olvidemos que Pedro de Valdivia, venía con Inés de Suárez, su amante y una tropa de 150 españoles que le acompañaron en la conquista del actual Chile. Esos oficiales y soldados se mezclaron con las mujeres indígenas uniones de las cuales provenimos el 90% de los habitantes de este país.

Hubo españoles peninsulares que fueron fundadores de Los Andes. Es decir nacidos en España. Ya que todos los habitantes de Chile, hasta nuestra independencia eran considerados españoles sin discriminar si eran nacidos en Chile o en España. Entre los peninsulares, estaban algunos como Manuel de la Higuera, don Manuel Miniño, Rafael Ruiz de Arbulú, Francisco Antonio de la Carrera y otros.

Recordemos a un español peninsular llamado José Santos Hernández, fue el primer maestro de la escuela del Cabildo en la naciente villa de Santa Rosa de los Andes, a fines de 1802. Estaba radicado en Chile, desde 1759. Don José ejerció sus nobles funciones hasta octubre de 1809 en que falleció.

No obstante, la vida no fue placentera. Hubo etapas duras que, exceptuando los períodos de guerra con los mapuches en el sur, también lo fue el período independentista que dividió a los habitantes del país en dos bandos que guerrearon duramente entre sí. Logradas las victorias en los campos de batalla, hubo españoles que debieron huir o emprender un viaje de vuelta a España. Otros, se incorporaron a la tierra que los había cobijado. En medio de la lucha independentista, hubo españoles peninsulares que se plegaron a la causa realista. Entre ellos, estaban Francisco Nova y Sanz que se levantó junto a Ezeiza en contra de Carrera, en agosto de 1813. Agustín Rosende y Lendínes, entre otros, también apoyó la causa realista.

Terminada la causa de la Independencia, la mayoría de los españoles peninsulares se quedaron en Chile, donde algunos sufrieron persecusión o la aplicación de las leyes de secuestros.

Llegada la paz, algunos como don Rafael Ruiz de Arbulú y Lason fue alcalde y teniente gobernador; Antonio Font y Molina, catalán, fue gobernador; Antonio Pérez y Díaz, gallego, fue alcalde; Francisco Manuel de Collantes y Ahumada, español, fue alcalde; don Joaquín de Mestre y Carrión fue alcalde. De aquí se desprende que, los españoles peninsulares, al mismo tiempo que formaron familia en esta villa, se incorporaron en todos los aspectos de la vida local.

De la prensa andina, de 1866, se desprende que esos días no fueron gratos para los españoles avecindados en Chile a raíz de la guerra contra España de esos días y del bombardeo a Valparaíso. Fuertes expresiones se vierten en estos medios contra los españoles residentes. Sin embargo, llega la paz y lo desagradable se olvida.

Posteriormente, muchos españoles se incorporan al trabajo en las salitreras del norte o surtiendo abarrotes y mercaderías varias para los trabajadores. A modo de ejemplo, la famosa cantante española, hoy ya anciana, María Dolores Pradera, vino con sus padres que venían a trabajar en la zona salitrera. Ella contaba sólo seis años de edad cuando se marchó a Chile con sus padres, regresando a España en 1935, una vez fallecido su progenitor. Muchos españoles emigraron al centro y sur de Chile.

En el último tercio del siglo XIX y comienzos de XX, llegan a Los Andes, españoles muy emprendedores como, entre otros, los Hermanos Villar de La Joven Chilena, Valentín Pardo Capellán de la Tienda La Sombra y creador de la Población Centenario, Saturnino Gordon y Tienda La Italia; Antonio Garay de la Tienda La Barandica; Valentín Omeñaca y sus cecinas tan conocidas; Gregorio Estivález Murga y su Talabartería La Chilena; y tantos otros.

La Guerra Civil, fue causa de que derrotados republicanos llegaran a las costas chilenas, en 1939. Entre ellos, recordamos a Andrés Galvez Peñuela, Benito Jiménez Aranda, Rafael Martínez Olea y Maximiano Embid García. Muchos de ellos, dejaron sus restos en esta tierra luego de aportar con su esfuerzo y trabajo a la tierra que los recibía. Muchos formaron una familia chilena que los sucede y recuerda. La mayoría, abandonaron a los suyos en la Madre Patria, sin volver jamás. A medida que los parientes iban desapareciendo, los vínculos familiares iban extinguiéndose. ¡Terrible realidad del inmigrante!

Paco Medina, me contaba que su suegro don Narciso Goiri, le decía: ¡América da, pero cobra!. Sabias palabras para reflejar la triste realidad de las distancias, los olvidos, de las nostalgias dolorosas, de la pérdida de los seres queridos sin poder acudir a estar al lado de padres, madres o hermanos que emprenden la partida.

Los españoles residentes en Los Andes, no obstante, no haberse organizado todavía en el Centro Español, ya se reunían para hacer paseos y celebrar, de alguna forma, lo que hoy es el Día de la Raza. La prensa andina de 1915, da cuenta de lo siguiente:

“FIESTAS ESPAÑOLAS ”

“La colonia española residente se prepara a celebrar el aniversario del descubrimiento de América con un día de campo en el Cerrito de la Feria en que todos juntos recordarán a la noble España ausente y las glorias imperecederas que en otrora la consagraron dueña y señora del mundo y en cuyos estados no se ponía el sol”.

“A medio día se servirá un banquete al cual han sido invitadas las autoridades locales”.

Una vez ya fundado el Centro que hoy, celebra su centenario, el periódico Los Andes, en mayo de 1918, auguraba el éxito de la entidad que hoy ya cumple un siglo, al servicio de los españoles residentes, de sus descendientes y de la ciudad. La nota en cuestión, expresaba:

“CENTRO ESPAÑOL ”

“Acojiéndose al jubileo acordado por este centro, por el mes de mayo, se han presentado y sido aceptados muy cerca de treinta nuevos socios, jente granada. Así tenía que suceder porque el Centro Español está llamado a ser el Club Social de este departamento”.

¡Felicidades a todos los españoles residentes y a todos sus herederos de tan rica tradición!

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