Por: Rafael Videla Eissmann
Un proyecto de ley presentado por el senador Alejandro Navarro propone la prohibición de “todo homenaje, exaltación y/o conmemoración pública a figuras personales, hitos o símbolos relativos al Imperio Español durante las épocas de la Conquista y la Colonia del territorio nacional y latinoamericano, por considerarlas incongruentes con la soberanía nacional”, porque serían ofensivos a los pueblos indígenas, al Ejército Libertador y a los Próceres de la Patria.
¿Se trata de ignorancia, locura temporal o lisa y llanamente, de estupidez? Por una parte, a qué pueblos indígenas se refiere: ¿A los aborígenes dolicocéfalos o a los indígenas braquicéfalos? Por otro lado, ¿cómo es posible que rechace las bases de la propia identidad nacional? Si se comprende en realidad esta torpe argumentación, ¿no se da cuenta el senador Navarro que vive en un país de raigambre occidental, herencia directa de la Conquista y la Colonia? ¿En qué idioma se comunica? ¿En qué institución trabaja? ¿Dónde vive? Hacer estas sencillas preguntas es exponer la burda propuesta legislativa. Aún más, se refiere a la soberanía nacional en abstracto pero sí es partidario de la “salida al mar” del país altiplánico. ¿Hay coherencia alguna? ¿Qué fuerza política opera por medio de Navarro, buscando socavar –una vez más–, las raíces de la nación chilena?