Por: Bernardo Javalquinto, académico Facultad de Economía y Negocios, U.Central
Chile anuncia impuestos para Uber, Netflix, Amazon y otras empresas digitales. El argumento del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, se basa en la idea de que estas grandes compañías compitan «en igualdad de condiciones» con las empresas tradicionales.
Aplicar un impuesto al comercio electrónico sólo afecta a los usuarios finales porque los empresarios siempre terminan traspasando cualquier cargo adicional y el negocio termina siendo para las tarjetas de crédito.
Por eso, el comercio electrónico plantea algunos desafíos difíciles para las autoridades fiscales globales en especial en los países de la OCDE. Si queremos igualar las condiciones, entonces seamos serios y comencemos bajando los impuestos a los pequeños empresarios. A los grandes, no les afecta. La regla es: ‘sube impuestos y recauda menos, bájalos y recauda más’.
El enfoque de la OCDE sobre impuestos y comercio electrónico es claro; que los ingresos tributarios del gobierno sean seguros y luego que los obstáculos no se interpongan en el camino del desarrollo del comercio electrónico. Eso es tan cierto hoy como lo fue en 1998 en Ottawa, cuando las Condiciones del Marco de Impuestos (OCDE) establecieron los principios más amplios que se aplicarán en la materia.
Chile es el país con peor distribución de ingresos en el mundo, concentrando la riqueza en unas cuantas familias. Luego, tomar una decisión como esta, implica no ver las consecuencias que puede traer a la economía nacional, aplicando igualdad de condiciones en una población que no vive en igualdad de condiciones.