Considerar el período de adaptación, manejar los cambios de horario y las rutinas después de clases, son algunas de las recomendaciones que entrega la psicóloga y académica de la Facultad de Ciencias de la Educación de la U. San Sebastián, Daniela Muñoz.
Se viene marzo y con ello, la vuelta a clases. ¿Cómo empezar de la mejor forma este nuevo año escolar? ¿Cómo ayudar a los niños para que inicien el colegio con buena predisposición? ¿Se puede potenciar el aprendizaje con algunas buenas prácticas desde casa?
Para las primeras semanas de marzo, según comenta la psicóloga y especialista en neurociencias, Daniela Muñoz Iubini, quien es académica de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad San Sebastián, es esperado que los primeros días exista mayor cansancio y dificultades para dormir y despertar en los niños.
“Los cambios de horario siempre generan consecuencias en los ritmos biológicos, por lo que es esperado que la primera semana aparezcan síntomas como somnolencia por las mañanas, dolores de cabeza, dificultades para conciliar el sueño por las noches, entre otros; pero todos estos síntomas debieran ir desapareciendo luego de las primeras semanas de adaptación”, explica.
Por eso es importante prepararse para enfrentar estos cambios. “Lo principal es considerar que tiene que haber un período de adaptación, por esta razón, es importante empezar a reorganizar los horarios y ritmos de sueño y alimentación antes de comenzar las clases”.
La académica USS agrega que es muy relevante que los padres incentiven a los niños y jóvenes a través de comentarios positivos, ayudando a sus hijos a recordar situaciones buenas y divertidas que sucedieron durante el año anterior, propiciando que los estudiantes tengan ganas de volver al espacio educativo.
HÁBITOS DESPUÉS DE CLASES
También se recomienda que los padres colaboren con otras medidas para propiciar el aprendizaje de sus hijos. Al respecto -junto con mantener los hábitos de sueño, actividad física y alimentación saludable- los tiempos de estudio son cruciales.
“Es importante que el espacio para la realización de las actividades académicas sean los adecuados para el estudiante tras las clases. En muchas ocasiones, los padres ayudan a sus hijos a hacer actividades escolares después de sus trabajo e incluso después de cenar, lo que en general no es adecuado. Lo ideal que exista un tiempo de desconexión después del colegio, que realice las tareas antes de cenar y mantenga un tiempo prudente de tranquilidad entre la cena y antes de irse a dormir”, explica la docente.
La académica agrega que siempre es bueno contar con un espacio designado para el estudio que tenga características idóneas, como: una superficie que permita apoyar libros y cuadernos, una silla adecuada a la estatura del estudiante, un lugar donde no haya interrupciones para los momento de estudio en el hogar, entre otros.