Iván Herrera Venegas

Iván Herrera Venegas

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Por: Eugenio Astudillo Leal, exsuperintendente de Bomberos, exsecretario del Centro Español de Los Andes.

Nunca pensé, ni en mis más horribles pesadillas, de que un día tendría que dedicarte unas míseras y sencillas palabras de despedida, ante tu repentina e increíble partida de entre nosotros, para ir a ocupar un sitio preferencial, como el que el señor te guardó siempre allá en el paraíso.

Te aseguro que me cuesta mucho hilvanar unas palabras pensando que ya te fuiste, siendo aún un muchacho, con solo cuarenta y tres años, con un promisorio futuro personal y profesional, y con una familia tan linda como la que formaste con María José y tu hijita Francisca. Te insisto que resulta muy difícil hablar de ti como en tiempos ido; si todo lo planeado era para mañana, un mañana en el que quizá yo no estaría; por viejo y mal gastado, por eso me cuesta entender como un apasionado Ingeniero como tú, con una vida plena y llena de sueños como la tuya, sin despedirse siquiera, nos abandona para siempre, dejándonos con la incomprensión en mente y el dolor en el corazón.

Iván, te conocí en la institución de bomberos, cuando yo era Superintendente y tú el Director de la aún joven Quinta Compañía asentada en la Población Bicentenario. Ahí supe de tus anhelos comunitarios y vecinales, de tu gran corazón y tus grandes dotes ciudadano, y por sobre todo de tu gran amor al prójimo y tu sentido de cooperación, razones por la cual siempre pensé en que eras un diamante puro, lleno de devoción y servicios, lo que ayudaría mucho a nuestro Los Andes en el momento necesario. Apreciaciones en las que no me equivoqué al verte desempeñarte después; por muchos años, a cargo de tu querida Quinta Compañía “Bomba España”.

Lo que no alcanzo a entender es porqué te fuiste ahora, cuando tu Carro Bomba nuevo ya no es un sueño, tu remodelado cuartel tampoco, y el gran grupo humano de tu Compañía siempre destaca entre sus iguales. Pero, tú ya no estás. Y estas son las razones que hacen dudar de la justicia divina, sobre todo cuando la partida es tan abrupta, dolorosa, y de una persona tan joven.

Al terminar mi breve pero sentida despedida de bombero, de cooperador del Centro Español y amigo, te confieso sinceramente que a pesar de mis largos años escribiendo, nunca me había costado tanto decirle adiós a alguien no familiar. Solo por mi edad y salud, te diré un hasta pronto, porque seguramente yo ya tengo fecha de vencimiento, pero si te pido en esta oportunidad, me permitas decirte algo que yo se molestará la humildad que siempre te distinguió: de todo corazón y con gran respeto; Gracias Iván, Gracias por el tiempo que nos diste, por tu obra desinteresada, y por tu cariño y por tu amor por los bomberos. El cielo sabrá de tus fortalezas y preocupaciones y te premiará. Mientras tanto aquí, entre tus amigos españoles y bomberos de la Quinta Compañía faltarán pañuelos para secar las lágrimas de tu partida.

Por favor no te olvides de nosotros, menos de los voluntarios de la Quinta Compañía “Bomba España”, que siempre añorarán tu recuerdo e imagen.

Por último te pido: Cuida a tus bomberos y a tu linda familia desde el cielo. Querido Director y amigo….Descansa en paz querido amigo.

Iván Herrera Venegas.

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