Si algo ha quedado claro con la izquierda chilena, en particular tras los hechos ocurridos en Venezuela, es que este sector no sólo es fundamentalista e intolerante, sino también incapaz de dar la cara y asumir sus equivocaciones. Desde el partido comunista, y algunos sectores de la oposición, se han empecinado en hacer notar el supuesto «error» del Presidente Piñera por haber asistido al hito de entrega humanitaria en Cúcuta. Peor aún, personas como la diputada Vallejo, el senador Navarro y el alcalde Jadue han hecho gárgaras en favor del usurpador de Nicolás Maduro pero, en ningún caso, se hacen cargo de las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Venezuela, donde la escasez de alimentos e insumos médicos es indiscutible.
Estamos en presencia de una izquierda míope, incapaz de dejar de mirarse su ombligo y justificar lo injustificable tanto por fines ideológicos y de conveniencia. Desde ya la más cordial invitación a dejar de lado esta esquizofrenia y ser consecuentes en lo que, a juicio de estos, ha sido su bandera de lucha: la defensa de las personas y la dignidad humana.