Presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del Río Aconcagua, sostuvo la necesidad de concretar a la brevedad obras de conducción y de reserva para proteger el recurso hídrico.
Sorpresa causó para muchos en la ceremonia en la que se anunció el inicio de las obras del nuevo cuartel de la PDI, realizada hace unos días, la intervención de los alcaldes Nelson Venegas y René Mardones, quienes junto con entregar una carta al intendente Jorge Martínez, hicieron pública su molestia por lo que ellos calificaron como poca competencia de la máxima autoridad regional y Delegado Presidencial, por su mal manejo ante la crisis hídrica.
A la crítica de los ediles, se sumó también el presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del Río Aconcagua, Javier Crasemann, quien solicitó que las autoridades centrales de una vez por todas escuchen y tomen medidas efectivas ante la sequía.
“Vemos con desesperanza la indolencia del intendente de la Región de Valparaíso, Jorge Martínez, ante autoridades de la provincia de Los Andes -los alcaldes de Calle Larga y San Esteban- que piden que la zona alta del río Aconcagua y su gente, es decir, “el Valle donde nació la fruticultura de Chile” sean escuchados y considerados a la hora de tomar medidas ante la extrema escasez hídrica de toda la región de Valparaíso, sostuvo Crasemann, quien además solicitó la ejecución de obras que permitan proteger el recurso hídrico.
“La Cuenca del Aconcagua en toda su extensión sufre de sequía, para lo cual requiere de un “Plan de Obras Hidráulicas de cordillera a mar”, el que fue entregado en el mes de mayo -de forma consensuada y en torno a la Mesa Aconcagua por todas las secciones de este río y Esval- al Ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno. Sin embargo, hasta la fecha, no hemos recibido respuesta directa de la autoridad nacional, ni del intendente. Sintiéndonos olvidados y no reconocidos, una vez más. Ante esta mega sequía, las autoridades debieran considerar esta propuesta de planificación y concretar obras de conducción y de reserva, entre otros, para evitar pérdidas de agua en el largo trayecto de este río y así proteger el escaso recurso hídrico”.
Si bien este año se registró un aumento considerable de las lluvias en comparación a años anteriores, el presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del Río Aconcagua, enfatizó en que la sequía en la zona continuará estando presente.
“El reciente pronóstico de caudales de la Dirección General de Aguas del MOP señala que, si bien esta temporada de riego será algo mejor que la anterior, persiste el déficit y estaremos cerca o bajo los mínimos históricos. No hay más tiempo, ni menos agua, que perder. En el caso de la primera sección de este río, ésta se declaró agotada hace 35 años, y, a pesar de eso, contribuye, año a año, ante la emergencia hídrica, priorizando el consumo humano. Esperando, por décadas, que se avance por soluciones estructurales y de fondo y no sólo en: medidas cortoplacistas y dañinas. El Valle del Aconcagua ha perdido parte importante de sus cultivos, sus pequeños agricultores, que son más del 60%, lamentan cómo se seca su tierra y pierden su fuente de trabajo, agregó Javier Crasemann.