Siempre existirán en los grupos humanos algunos que se distinguen y logran sobresalir por su aporte al desarrollo de sus iguales como también al crecimiento espiritual y material de las comunidades en las que le tocó vivir.
Decimos ello, al recordar y resaltar lo que fue la vida entre nosotros de Jesús Díez Goiri (QEPD), quien nos dejó un testimonio de principios y valores tanto en su vida familiar como empresarial que constituyeron un referente para muchos conciudadanos de nuestra comunidad andina.
Su mundo laboral estuvo vinculado por más de medio siglo a la Ferretería Carramiñana, donde día a día en su gestión gerencial ofreció a la ciudad junto a su personal, productos y servicios que ubicaron a esa empresa entre las más representativas y queridas por la numerosa clientela que ha logrado consolidar.
En su afán de aportar a la comunidad, Jesús se vinculó al Centro Español donde sintió sin duda palpitar a su país de origen que poco a poco lo fue cambiando por el país que lo cobijó desde los 14 años. La Asociación de Comerciantes fue otra de sus actividades a la que aportó con su experiencia en el comercio ferretero.
Quienes lo recordamos hoy fuimos sus amigos en innumerables actividades de camaradería donde su juicio certero, objetivo y vivaz no dejaba en pie a interpretaciones, porque Jesús fue siempre un hombre de convicciones y principios en todo su quehacer.
El hizo su propia vida; formó su propia familia y les dio un camino. Vivió como quiso vivir y así fue feliz e hizo felices a los demás, quienes aún padecen el dolor de la partida. Nadie como él expresó una total congruencia entre lo que se es y lo que se hace. Para quienes fuimos sus amigos hoy nos sentimos huérfanos de su afecto y cariño, ese dolor costará mucho en superarse.
Gregorio Vásquez, Juan Jiménez, Mario Alegría, Renato Segura
Luis Pardo, Guillermo Zenteno, Sergio Aldunce y Hugo Aldunce