Por el Profe Lalo
En tan pocos días, hemos visto partir a dos seres maravillosos, uno un chiquillo chico ·”Jorge o Jorgito Astudillo” hijo de la querida Población Ferroviaria, se crio en el Barrio, compartió mil veces con nosotros. Se le veía siempre alegre, cariñoso, servicial eran los ojos de su abuela Rebeca, que ahora lo debe estar regaloneando en otros horizontes, de niño jugó y se maravilló con sus motos, era su alegría armar y desarmar una vespa o una lambretta, con el tiempo se hizo “Motoquero” su puso casaca de cuero y lentes negros, seguramente era el gusto por desafiar lo cotidiano, demostrar su amor a la libertad, a la velocidad, el gusto por sentirse diferente, por hacerle una finta al Dios Cronos, y decirle que quería ser siempre joven, y a lo mejor de repente creyó en su corazón que debía irse, que ya era tiempo, y así lo hizo, a lo mejor no percibió lo querido que era, y en su misa de réquiem, sus amigos o hermanos motoqueros, que los veíamos fríos, lejanos, indiferentes, mecanizados con sus motores rugiendo en un lenguaje propio de ellos. Ahora la armadura de la diferencia se caía a pedazos, y juntos despedían al amigo y al hermano con sus motores transmitiendo sonidos que expresaban congoja y dolor de jóvenes que manifestaban sus sentimientos de hombres sensibles, solidarios y una moto vacía y sin conductor, señalaba que ya nuestro querido Jorgito, recorría otras rutas, y se encumbraba por otros mundos desconocidos y misteriosos, que están vedados para los hombres y que sólo el señor de los cielos conoce.
Y al mediodía de hoy Viernes en el Frontis de la Municipalidad, el Negro Baeza y Pedro el guardia se fuman un cigarrillo, con su mirada perdida, en las débiles columnatas del humo que apenas se percibe, pero si hay desazón en los rostros de aquellos dos hombres, que musitan palabras inconexas, que trasuntan una gran pena, al acercarme e intentar animarlos me hablan de su barrio “El Centenario”, y lo hacen los dos a la vez comentan lo valiosa y buena gente que es la “Chuma” dicen que era alegre, incansable en lo trabajadora, y que esa buena mujer tenía el corazón y la sangre verde, de ese verde brillante, nítido que envuelve la tierra en primavera. El negro Baeza agrega pero si también era “Pecho Buque” y trato de corregirle al Negro diciéndole ¿Cómo que era Pecho Buque? ¡Es Pecho Buque! y para alegrarlos, les digo y – Cuándo teníamos el Bingo de Trasandino, me mandaba llamar y en su lenguaje tan especial, les cuento que me llenaba de epítetos y hasta me gritaba con sus “Que te creis …….. “Guatón o a lo mejor era Ramón lo que me decía, ¡Que yo la Chuma! la que vende empanadas y el mote con huesillos me voy quedar sin colaborar y empezaba a sacar los regalos para su Trasandino tan querido “Ah y quiero por lo menos de quince entradas, me hago cargo yo”.. y veo que sus lágrimas inundan sus rostros y miran al suelo, como buscando una respuesta, ¡Se acabó la Chuma Profe murmuran!, era así dice Pedro -Yo a veces, me paraba cerca de su quiosco, sin ni uno en los bolsillos y me llegaba igual una calentita empanada y me trataba igual que a ti, me dice, pero conmigo era más directa… ya h..….n come me decía, Y ahora se nos gue… el Negro mirando el infinito, comenta — seguramente siempre se dan seres así, anónimos, humildes, sencillos que en su simpleza nos enseñan que la magia maravillosa del universo, o la verdadera ética de la vida es el dar. Dar con total entrega, y la Chuma lo entendió mejor que nadie, …es la gran ética de la vida. Y el Negro continúa, lo que hizo esa gran y querida mujer del Centenario, le digo Negro, de los Andes, Nooooo me replica golpeadito, nuestra del Centenario, no se va a perder, aunque no se pueda percibir abiertamente, en esta vida todo es un fluir de funciones complementarias y sus enseñanzas no van a morir o ir a la nada, sus enseñanzas se seguirán multiplicando por el camino de la vida y nuestro todopoderoso y bien amado Padre Dios tiene que regalarnos muchas “Chumas” las que silenciosamente, siempre irán construyendo mundo mejores para todos los seres humanos. Al final nos damos un abrazooo y nos felicitamos mutuamente por el simple hecho de considerarnos amigos de la Gran Chuma del Centenario para que el Negro Baeza no reclame.