Considerar aspectos educativos y de infraestructura son algunas de las orientaciones entregadas por la JUNJI para las familias que por primera vez enviarán a sus hijos e hijas a un recinto educativo parvulario.
Se terminan las vacaciones y muchas familias comienzan la búsqueda de un jardín infantil o sala cuna idónea para matricular a sus hijos e hijas. Ante este escenario, es que la JUNJI V Región sugiere considerar ciertos aspectos al momento de elegir un recinto educativo para así tomar una decisión informada y que dé seguridad a los padres y madres.
La sala cuna y el jardín infantil son una etapa relevante en la vida de nuestros niños y niñas puesto que, como lo demuestran todas las investigaciones, es un proceso que otorga beneficios concretos al desarrollo de los párvulos. Y esto gracias a que es allí donde los niños y niñas socializan, comparten y se reconocen a sí mismos, lo que va forjando su identidad y progresiva autonomía. Aprenden jugando, se mueven, exploran y descubren libremente, lo que ayuda a potenciar sus fortalezas y creatividad en compañía de sus educadoras, técnicas y familias.
“Es muy importante que al momento de visitar el futuro jardín para nuestros hijos e hijas no sólo consideremos la infraestructura y las condiciones de las dependencias, sino que también otros aspectos importantes como la experiencia e idoneidad de las profesionales, corroborar que posea proyecto educativo y plan nutricional acorde a las necesidades del párvulo, como también protocolos de seguridad y buen trato”, sostuvo Alejandro Tapia Vargas, Director Regional (s) de la JUNJI Valparaíso.
Los padres y madres que enviarán a sus hijos e hijas a jardines infantiles deben tener en cuenta que la transición de la casa a un recinto desconocido puede afectarlos emocionalmente por lo que es necesario realizar un trabajo previo a su ingreso. Ante este escenario es que se recomienda que durante el periodo de adaptación, aproximadamente dos semanas, pueda acudir en compañía de su “tuto” o juguete favorito, a fin de hacerle más grata su permanencia. En caso de llantos frecuentes, es aconsejable que la madre o padre del menor lo acompañen por media hora al inicio de la jornada a fin de que el niño o niña no sienta que se le está abandonando.