Por: Denis Panozo Villarroel
Sabemos que las relaciones son complejas:
Las parejas, los hijos, los hermanos, los primos, los tíos, los amigos, los vecinos…entonces, ¿Cómo podemos hacer para que en cualquier relación humana crezca un sentimiento de amistad? ¿Cómo sostener los acontecimientos que nos van haciendo humanos?, ¿Cómo soportar confrontaciones, enemistades y malos entendidos? Porque, a pesar de todo, ya sabemos “dos o tres cosas esenciales, que nos sirven para sembrar la semilla de la amistad.
Pero no estoy hablando de “hacer amigos” como parte del aprendizaje en la socialización, sino se trata del desarrollo de un proceso que decanta en el encuentro de un sentimiento, por lo tanto pasa por diferentes momentos de evolución, compromete a nuestra mente que debe tener la consciencia que debemos convivir, compartir, transar, lidiar pero sin perder el norte para no ser atrapado por el aislamiento.
Lo que estoy compartiendo no es el tema de ser buenos o malos amigos, sino el desarrollo de entender la amistad como una cualidad del amor.
Podemos creer que la amistad, como tantas otras cosas del alma, es tangencial a la vida, un beneficio adicional
Nos daremos cuenta que la amistad es una necesidad, si la descuidamos sentiremos su falta como una enfermedad del alma, y sin ella tendremos una carencia dolorosa y una debilitante fragilidad del corazón.
El amor puede hacer conexiones misteriosas, atravesando el mundo de la opinión, las creencias y los estilos de vida. Podemos sentir amistad con personas incompatibles y podemos sentir enemistad con aquellos con quienes aparentemente tenemos más compatibilidad.
El amor es el arma más poderosa que poseemos para lograr esos lazos de amistad, tolerancia que nos va a permitir, convivir con nuestros pares en armonía.
El amor nos servirá de escudo a todas las malas vibras como son las envidias, rencores y el egoísmo que nacen en la convivencia diaria
La amistad está llena de sentimiento de amor, que logra crear un lazo enérgico entre las personas, una unión que les permitirá realizar grandes tareas y conseguir sueños imposibles.
Ahora ser un amigo verdadero es el más alto compromiso que un ser humano puede tener en relación con otros.
