LA AUDICIÓN

LA AUDICIÓN

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Por:  Dr. Denis Panozo Villarroel

NUESTROS OIDOS CONSTITUYEN PARTE DE UNO DE LOS ORGANOS DE NUESTROS MARAVILLOSOS SENTIDOS, QUE CUMPLE UN ROL EXTRAORDINARIO. Su estructura anatómica es tan pequeña y compleja con una capacidad funcional que nos DESLUMBRA.

Está ubicada en ambos lados del cráneo en el hueso temporal, dividida en tres sectores desde el exterior EL OIDO EXTERNO, que se encarga de captar todos los sonidos ambientales de día y de noche, no descansa y nos permite discernir los diferentes ruidos, desde murmullos, música y hasta los truenos brutales que nos asustan. Pero hay ruidos que no captamos, por ejemplo el pito que usan los adiestradores de perros, este sonido esta en un rango fuera del alcance de la sensibilidad de este órgano. Nuestras orejas derivan los sonidos a través del conducto auditivo que está encerrado y además atrapa toda la suciedad que los acompañan hasta la membrana TIMPANICA que con sus vibraciones moviliza la cadena de huesecillos del OIDO MEDIO, que está ubicado en el peñasco del hueso temporal y que recibe la inervación del glosofaríngeo. Los huesecillos el martillo, yunque y estribo que trasmiten las vibraciones a la ventana oval, ventana redonda y que junto a la trompa de Eustaquio forman la CAJA TIMPANICA del oído medio. Luego viene el OIDO INTERNO que está formado por unos conductos enredados, llamado LABERINTO que contiene un fluido y que son responsables del equilibrio, además del sentido del oído. En su estructura que semeja un caracol, está formado por tres canales, llamado cóclea. Las vibraciones sonoras amplificadas por el oído medio, viajan por estos canales y mueven pequeños pelos que estimulan fibras conectadas con el Nervio Auditivo. Por lo tanto los sonidos procedentes del exterior se codifican de esta manera para viajar al Cerebro.

Además hay que destacar otra función importante que se realiza en los canales semicirculares que están conectados entre sí por una estructura llamado vestíbulo. Son sensibles a la gravedad, a la aceleración y a la postura y movimientos de la cabeza. Es a este nivel donde se origina el vértigo, desagradable sensación de pérdida del equilibrio brutal, que nos lleva a sentir pánico, se acompaña a veces con nauseas.

Es evidente entonces que debemos aquilatar y cuidar este maravilloso sentido, evitemos los ruidos de gran intensidad y preocupémonos de su aseo y mantención y acudir al especialista al menor síntoma de pérdida de la calidad de la audición.

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