Por: Hno. Ángel Gutiérrez Gonzalo
“La depresión te produce la sensación
de estar hundiéndote en un pozo
cada vez más oscuro y profundo,
del que no ves la forma de salir.
Nada te motiva y es como
una muerte en vida”.
Muchas son las personas que tienen algún tipo de problemas relacionados con trastornos mentales. Depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, neurosis, anorexia y bulimia son algunos nombres de la patología mental, que algunos llaman enfermedades del alma. Estrés laboral, aislamiento social, desempleo, vacío existencial, abuso del alcohol, fármacos y drogas, etc., son un buen caldo de cultivo para los trastornos mentales.
Los avances de la psiquiatría y los nuevos fármacos han logrado que la mayoría de los enfermos mentalaes puedan hacer una vida normalizada.
Luis, ejecutivo de una multinacional al que la depresión lo hundió en las tinieblas, exteriores e interiores, de las que ha salido con ayuda y coraje, nos da su testimonio.
“Nunca pensé que yo pudiera caer en una depresión, pero he descubierto que nadie, por muy fuerte que se sienta, está libre de padecer una enfermedad mental, con cualquiera de sus variantes. Y yo me sentía fuerte. Nadie, absolutamente nadie, está libre de caer en una depresión.
Conozco profesionales, directivos de empresas y personal humilde que han caído en el pozo de la depresión. Y todos sentimos el mismo pavor, el mismo miedo a seguir viviendo, las mismas angustias, la misma desorientación, la misma tiniebla, la misma soledad.
¿Qué sentimos cuando estamos deprimidos?
1. Miedo y terror. A no saber salir de esta situación, a ser incapaz de pensar con coherencia, al futuro tuyo y de los tuyos.
2. Ganas de llorar. Unas tremendas y continuas ganas de llorar por lo que sientes, por tu familia que piensas has perdido para siempre, por los amigos, por tu trabajo.
3. Sentirse inútil. No sabes hacer nada, no te sientes con fuerzas para nada. Ya nada te interesa.
4. Desear la muerte. Este es el deseo y el grito de guerra de toda persona con depresión.
5. Quitarse de en medio. No conozco un depresivo que en algún momento de su proceso haya sido capaz de evitar pensar en el suicidio. Lo ves como tu única salida, como la solución a todos los males y problemas.
6. La vida no tiene sentido. Es muy duro levantarse, si es que eres capaz de realizar un esfuerzo sobrehumano y saltar de la cama. Una vez conseguido, ahora ¿qué hago? No tengo fuerzas para nada.
Desde mi experiencia, quiero decir que la depresión se puede superar, con coraje y ayuda, por supuesto. Hemos de pedir ayuda a los primeros síntomas que notemos, como en cualquier otra enfermedad. Hemos de apoyarnos en la familia, contar con ella y comunicarnos más. También necesitamos la ayuda de un profesional, psicólogo o psiquiatra. Ayuda mucho el contar con Dios. A mi me da una gran paz y me ayuda a entender que la vida es algo más que el trabajo y las preocupaciones cotidianas.
A mi la enfermedad me ha servido para replantearme la vida y descubrir que el camino que estaba llevando, en el fondo, no me satisfacía. He descubierto que las personas nos necesitamos unas a otras, sobre todo para dar y recibir el mucho amor que todos llevamos dentro”.
Estimados lectores: Espero que el testimonio de Luis les sea útil. Ayudemos a otras personas a salir del pozo.