Eugenio Astudillo Leal (Segunda parte y final)
La epidemia que cambió al mundo
Con el tiempo, a esa bacteria, se le dio el nombre de Yersinia Pestis, en homenaje a la identificación de su descubridor, muchos años después, en el Siglo XlX. Un caso curioso en la propagación de esta infección fue, que en los principios de la epidemia, los pueblos del viejo continente culparon a los judíos y árabes de ser los que llevaron esa peste al lugar, porque a ellos no los atacaba la bacteria tan fuertemente como a los habitantes europeos. El tiempo, después, demostró, que los hábitos de higiene de los originarios del medio oriente que entonces habitaban Europa, evitaban que ellos se contagiaran.
Pero, fue la falta de ciencias médicas para atacar la bacteria, el excesivo miedo a la muerte, la falta evidente de una solución religiosa; en donde la Iglesia Católica, nada pudo hacer frente al ataque de esa epidemia, lo que llevó a buena parte de la gente de esa sociedad medieval, a un gran cuestionamiento sobre la existencia de Dios, y al desprecio al orden político imperante, lo que, en medio de la desesperación, derivó en la validación; momentánea, de muchas figuras diabólicas y otros dioses de creencias antiguas, a los que, los habitantes vieron como un último recurso para salvar sus vidas, lo que al final los favoreció, a que ya después, vuelto a un estado de sensatez, esos pueblos, tuvieran el convencimiento real y claro, de que la existencia del hombre en el planeta, solo la puede salvar el mismo hombre, aplicando todas sus capacidades científicas, investigativas, y de facto, las que en ese tiempo no existían coordinadamente. Esta situación hizo que desde entonces, toda la sociedades europeas, se centraran en todo lo que tendrían que aprender; juntos, para enfrentar un feliz desarrollo humano íntegro, dando paso así, a la época renacentista, y después a la actual modernidad.
Hoy la Pandemia se llama Coronavirus Covid 19, y se tiene claro que la transformación a la sociedad de ahora tendrá que venir, tarde o temprano, como consecuencia de los estragos que dejará este virus en un futuro próximo, el que ya no se llamará Renacentismo, como el período anteriormente analizado, pero, que de igual forma, tendrán que ser parecidas a las grandes innovaciones sociales de aquella época, involucrando grades cambios en las formas de hacer las cosas, en lo económico, en lo administrativo, en lo religioso, y principalmente en lo político, en todo el mundo.
Todo lo indicado respecto a los cambios que dejó la Peste Negra, y que también se cuestionan ahora, con más profundidad, porque somos más moderno que antaño, serán los motivos de los cambios profundos que desde hoy se comenzarán a fraguar para el planteamiento de una nueva sociedad para todo el planeta, en donde se visualicen con más claridad, los verdaderos intereses y la seguridad de la raza humana, ya sea en la preservación natural de la misma, como la de su entorno planetario.
Dios quiera que todos aprendamos bien la lección, y sea esta una verdadera oportunidad de corrección a tantas formas equivocas de relación, convivencia, y a la formas deleznables de hacer la política, como la que tenemos aún los chilenos, que hasta en tiempos de Pandemias, como el de ahora, los “Honorables” de nuestra patria, siguen peleando por tonteras, tal como los feudales de entonces. Sólo por el maldito poder…
