LA ESENCIA Y MISIÓN DE LOS LAICOS

LA ESENCIA Y MISIÓN DE LOS LAICOS

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José Ramón Toro

Por: José Ramón Toro Poblete, Profesor Liceo Max Salas Marchán

Sabemos que el Papa Francisco, ha nombrado como Administrador Apostólico de la diócesis de San Felipe al Pbro. Jaime Ortiz de Lazcano Piquer, quien desempeñaba el cargo de Vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico de Santiago.

Es a propósito de ésta noticia, que me parece importante precisar, recordar e invitar a los Laicos, consideren la importancia de su Misión en ésta Diócesis. Consideren que, ha sido el Concilio Vaticano II quien ha configurado con mayor precisión la identidad, la responsabilidad y el compromiso (de los laicos) en el mundo, fundamentado en la Sagrada Escritura, en la Tradición y en el Magisterio de la Iglesia, con el fin se tenga claridad de su genuina identidad, los límites y los retos a los que se enfrentan.

En efecto, antes del Vaticano II, el Laico era considerado como una persona pasiva, sometida a la jerarquía y definido en base a una negación (No consagrado, no sacerdote, no monje o religioso). El Concilio definió al laicado de forma positiva y activa.

Años más tarde, los obispos de Latinoamérica y del Caribe, el documento de Aparecida, iluminaron y refrescaron ésta realidad expresando que, los fieles laicos son cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo. Son hombres y mujeres de Iglesia en el corazón del mundo y hombres y mujeres del mundo en el corazón de la Iglesia (N° 209).

La Misión del Laico tiene límites que son difíciles de definir, es verdad, pero están llamados a trabajar en armonía con la Iglesia jerárquica. El laico tiene que hacer énfasis y defender su laicidad, porque el laico no es un cura a medias. Debe vivir su ser cristiano como laico en los ámbitos donde desarrolla su vida, su labor profesional, en su familia, en el congreso en la república, en los medios de comunicación, en el arte, en la literatura, en el deporte, en la economía, en la política, en la educación. Allí donde se juega la vida de las personas debe imprimir los valores del Evangelio…., ahí donde está, debe ser la Sal del mundo.

El compromiso del Laico Católico con el nuevo administrador apostólico y, después con el Pastor que nombre el Papa Francisco, será el trabajar como hermanos y reconocernos compañeros de ruta, llamados a compartir el Pan, el Camino y la Vida, porque todos los laicos, juntamente con los sacerdotes, religiosos y religiosas, constituimos el único pueblo de Dios y cuerpo de Cristo.

Nuestra urgencia, ante los dolorosos momentos y delitos realizados por algunos clérigos es que todos los laicos, recordemos que somos Iglesia, asamblea convocada por Cristo para llevar nuestro testimonio en cualquier lugar de nuestro Valle del Aconcagua, haciendo creíble la fe que se profesa, mostrando autenticidad y coherencia en la vida y misión en la Iglesia y en la sociedad.

Que sea feliz

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