Por: Jorge Peña Lucero, Comunicador Popular
Hace unos días estuvimos conversando varios amigos y nos percatamos que cuando uno de nosotros estaba hablando, los demás no estábamos atentos de lo que nos decía, porque los que estábamos escuchando teníamos distintas percepción de nuestra propia historia personal y social.
Cada uno de nosotros al conversar nos comunicamos, para que los demás perciban a través de todos los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el tacto, el gusto y además, las emociones, de esta forma los demás nos escucharán no solo con el oído, sino con todos sus sentidos.
La comunicación es algo inherente, tanto en el ser humano como a todo lo que existe, donde necesariamente se necesita un Uno que emite la comunicación y un Otro que la percibe, generando, de esa forma, una relación de dar y recibir información y/o devolver una definición. Si uno es consciente de esta relación y sus componentes puede dominar o manejar tanto lo que emite generando así un circulo de poder o estatus. Quien tiene más conocimiento de esta comunicación domina al otro.
Si solo hablamos de “oír”, hablamos de sonidos, pero sin embargo existen muchos componentes más en el acto de escuchar, referidos a la percepción que tenemos acerca del que habla, por ejemplo, nos fijamos en su postura, sus gestos, las características de su voz, su tono y velocidad, la respiración, la emocionalidad, etc. Vemos que su postura y sus gestos son los elementos principales en la escucha, si al comunicar decimos no con la cabeza mientras estamos diciendo “sí” con la palabra, presenta una incongruencia en lo que la persona está diciendo y desconcertando a la persona que está escuchando.
El Timbre, es el sonido que tiene la voz bien emitida y sin fatiga alguna esta es individual y personal, esto nos permite reconocer la voz de una persona ya que cada persona tiene un timbre muy particular. El Tono, es la calidad de sonido, con lo agudo y lo grave. El Ritmo, es lo lento y lo rápido con lo que expresamos las ideas. El Volumen es la fuerza sonora que empleamos para llegar con la palabra mensaje a las personas. La Modulación, es cuando articulamos las palabras mediante la fuerza de la voz, es como entonar una melodía. Las Pausas, son silencios lógicos para resaltar el valor de la palabra.
El público que escucha no es un ente abstracto, está formado por personas que, de forma individual o como grupo, han tenido unas determinadas
vivencias en los momentos previos a nuestra intervención, el recuerdo de éstas puede aparecer en cualquier momento y provocar distracción. Las personas estamos acostumbrados a los mensajes cortos (anuncios de TV), incluso en las noticias de los informativos tienen una duración media de de dos minutos. El publico busca también rápidamente un significado a las palabras que escucha y muestra desinterés antes las intervenciones que se alargan con palabras huecas y frases sin contenidos.
Las conversaciones tienen dos aspectos: hablar y escuchar. En general, se piensa que los problemas en la comunicación tienen que ver con el hablar. Esto es una sola parte; la otra tiene que ver con la importancia de saber escuchar.
El ex-presidente de Uruguay don Hugo Mujica dijo en una oportunidad:
“Hay que oír sin abandonar la escucha, para que no sólo lo que se oyó se oiga, para que también lo que no se oye se diga”.