Por: Miguel Henríquez, concejal de Los Andes
Después de una improvisada Consulta Municipal a lo largo de todo Chile donde la pregunta sobre la necesidad de cambiar la Constitución de 1980 impuesta por una violenta dictadura que dejó amarras en distintos ámbitos de la política, sociedad y la economía ha sido derrotada por las movilizaciones sociales y por la primera Consulta Nacional producida por las municipalidades, donde algunos alcaldes fueron obligados por las presiones de la ciudadanía y la contingencia. Esto sumado a la victoria de la necesidad de una Asamblea Constituyente o Convención, denominación impuesta por parlamentarios de espalda a la calle, con más del 80% de apoyo ciudadano ha hecho que, si bien no era un plebiscito vinculante, quién podría revertir una consulta apoyada en las profundas bases de la ciudadanía, sin duda marca un inicio para un Chile distinto.
Creemos que este es el camino para evitar la violencia que ha existido, donde exministro y el presidente han sido acusados de flagrantes violaciones a los DDHH, la ciudadanía que no gusta del desorden y el caos ha conducido con esta consulta y las manifestaciones a los parlamentarios y al gobierno por un camino de entendimiento, no obstante hoy es momento de cambio mental ideológico estructural de parte de quienes tienen mayor responsabilidades, dejar de lado esa lógica de guerra fría donde lo desconocido es tratado de subversivo por parte del gobierno. Si en los años 90 algunos festinaban el fin de los socialismos reales en Europa y se declaraba el fin de la Historia según Francis Fukoyama, el triunfo excelso del neoliberalismo. Hoy tenemos una crisis global con “el dinerocentrismo”, el abuso, la explotación, el fin de la especie, etc. Eso se puede ver con manifestaciones en muchísimos países del orbe donde hay países desarrollados y otros en vía de desarrollo que dan cuenta del fracaso del modelo y la necesidad de enfocar el desarrollo en el ser humano y en el medioambiente y no sólo en un progreso efímero que ha condenado a la sociedad a la inequidad.
Cuando la gente en las marchas condena el sistema actual no significa que quiera el modelo soviético o venezolano, esto es lo que hay que entender para desideologizar el conflicto, eso es lo que vemos en las consignas que dicen no más derecha e izquierdas, por ello las autoridades que se nieguen a la participación, que busquen ventajas electorales y que no cambien su paradigma del anterior Chile, van a ser un problema más para esta crisis ya sea presidente o alcalde, porque su bagaje intelectual no le permitirá ser asertivos y no serán capaces de liderar a la ciudadanía en esta crisis que nos ofrece también una enorme posibilidad de crecer como país; por de pronto tenemos muchos avances desde el 18 de octubre, la Constitución y la Asamblea Constituyente es una de ellas, gracias a la gente movilizada.