Por: Octavio Arellano Zelaya, concejal de Los Andes.
La reciente consulta municipal, es ejemplo cívico de que las demandas se pueden expresar en forma pacífica y sin violencia, y ha permitido que las y los andinos hayan establecido sus prioridades, por lo que ahora corresponde al gobierno y al municipio ir a su implementación en el más breve plazo.
En el plano nacional el mensaje ha sido claro: una mayoría abrumadora exige una nueva Constitución Politica, redactada por una asamblea constituyente cuyos miembros sean elegidos directamente por la ciudadanía, sin la intervención los parlamentarios, lo que es un mandato que impone el imperativo ético de canalizar y dar respuesta concreta a las demandas sociales de mayor justicia y dignidad. La importancia de ello reside en que la Constitución militar de 1980, dejó instalada una camisa de fuerza que impide hacerle los cambios e impuso un modelo económico social que ha llevado el lucro sobre bienes básicos para la comunidad como la previsión, la salud, la educación, el acceso al agua, la electricidad dimiciliaria, el transporte público, y que además, ha permitido la privatización en condiciones monopólicas de infraestructura pública como las autopistas o el espacio público a través de concesiones de estacionamiento de parquímetros, a veces por más de 35 años, como es el caso de Los Andes. Ello se basa en el principio de subsidiariedad del Estado, que permite a unos pocos lugrar con bienes que pertenecen a todos los chilenos y que es el gérmen del descontento social.
También se ha expresado la exigencia de mayor descentralizacón mediante la creación de la Región de Aconcagua, cuya capital esté ubicada en la ciudad de Los Andes, en sintonía a la región de litoral, cuya capital está en Valparaíso. Este es el contundente mensaje de la ciudadanía al Gobierno y a los sectores de la derecha económica que no han querido oir el clamor ciudano, responsabilidad de la cual tampoco son ajenas las autoridades municipales. Es por ello que hemos exigido a la Alcaldía reacción urgente en los aspectos que nos atañen: atención personalizada y digna para los adultos mayores, acción efectiva para recuperar el arbolado urbano para mitigar los efectos del cambio climático, impulsar con los demás municipios de Aconcagua cambios al Código de Aguas para que el Estado recupere el control de su gestión, garantizando el derecho al consumo humano y el acceso al riego de la agricultura familiar campesina, impulsando un freno a la desertificación que avanza desde el norte y el riego tecnificado arbolado de calles y avenidas de nuestra ciudad. Aquí hay una agenda a partir del año 2020 y cuyo cumplimiento nos corresponde a todos velar y exigir.