La lección de las elecciones

La lección de las elecciones

- en Columnistas
1160

Por: Daniel Sánchez Brkic, Académico Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Central

Muchos pensábamos que la abstención en las elecciones del domingo bordearía el 60%. Nada hacía suponer un porcentaje tan elevado no dispuestos a validar un sistema tan segregado como el nuestro, la cifra final; cercana al 66% da cuenta de una situación que tardará tiempo en analizarse si se hace de forma seria.

Nadie, a decir verdad, puede declararse ganador en este proceso (pese al afán de muchos) cuando sólo un 34% de electores ha asistido a manifestar su voluntad. No es posible que nos digan que por ejemplo Evelyn Matthei ha ganado si sólo 32.000 personas la han escogido de un padrón de 162.963; es decir, 19.6% no resulta representativa de nada.

Culpar a quienes no votan en estas elecciones resulta un argumento simple, tardío y falaz. Debemos elegir entre candidatos que asignan, reparten y colocan los partidos políticos y sus dirigentes (hay situaciones en que esto se resuelve en una cocina); nos piden asistir (casi como imperativo ético) a escoger uno de los que ellos deciden; con esto estamos validando este modelo de asignaciones al voleo y de esa manera nuevamente vuelven a salir los mismos de siempre, entonces nos culpan de no obedecerles ¡Patrañas¡

Es este el momento pareciese ser de alzar la voz con detenimiento y observar lo que ha pasado por ejemplo en Valparaíso: si bien es cierto ha sido electo Jorge Sharp, con el 53% de los votos, solo el 33% de los electores del puerto asistió a sufragar; resulta una elección tampoco representativa en términos estadísticos. Lo valioso al parecer sería el que muchos han decidido apostar por ventilar el puerto y limpiarlo un poco..

Los políticos desesperados en día de las elecciones haciendo llamados a toda hora para “levantarse” a votar también resulta revelador del proceso. Los que instan a asistir parten de la base que están todos en cama, durmiendo o haciendo otras cosas y que “levantarse” a votar resulta el camino lógico para salir del hastío que nos genera esta elección, bajo la consigna: “levántate por favor pues sabemos que haces algo mas entretenido que venir”, lo que a decir verdad es cierto, siempre hay cosas mejores que asistir a un engaño.

Podría también revisarse la gran oferta programática de los medios de comunicación, preparando su día de transmisiones con programas fantásticos que servirían para ayudar a tomar decisiones informadas. Al final, evidentemente, solo patrañas y lastre de un grupo de personas poseídas por los egos y las luces. Entre tanto llamado los canales de televisión abierta mostraban humoristas con rutinas de hace 10 años; modelos; payasos jugando a ser candidatos; cocineros (otra vez) haciendo sus magias; teleseries gastadas invitando a la ciudadanía a caer en sus fauces y cuanta cosa sin sentido que solo llena de vacío nuestros corazones.

Con todo ello la tasa de abstención parece la indicada; es de esperar que algunos comprendan que la ciudadanía ha hablado y ha manifestado su opinión. Ha ganado la abstención y el interés por otras cosas. Ha arrasado la opción “usted no me interesa”, “lo que piensa no me importa”.

¿Quienes han ganado? Los que realizan los verdaderos cambios que nuestra sociedad necesita; los profesores en el aula promoviendo las miradas que necesitamos, mamás y papás educando y cuidando a los niños; campesinos cultivando la tierra para darnos alimentos, y todos los que en definitiva realizan un trabajo noble, ahí resuenan esas palabras: “Les pido que se vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada”.

Comenta en Facebook

Comentarios

Quizá te interese

Mis Historias, libro del andino Patricio Bonelli Canabes

Impreso en los Talleres de Gráfica LOM, Miguel